Mayagüez restaura una joya arquitectónica del siglo XIX

Museo Casa GrandeEl municipio autónomo de Mayagüez se apresta a restaurar la casa Rodríguez Campoamor, que alberga el Museo Casa Grande, una antigua residencia edificada alrededor de 1890 considerada un valioso recurso cultural perteneciente al patrimonio histórico construido de Mayagüez. La misma resistió el devastador terremoto de San Fermín ocurrido el 11 de octubre de 1918 y le dio cobijo a la poeta revolucionaria Lola Rodríguez de Tió.

Construida en la última década del siglo XIX, las características generales de esta propiedad corresponden a los requisitos de construcción de la época, específicamente reguladas por las normas y ordenanzas establecidas por el Cabildo, para la reedificación de la Villa luego del Fuego Grande de 1841.

El hoy Museo Casa Grande llegó a albergar la Sede de la Audiencia de Mayagüez casi desde su construcción. Cabe señalar, que en 1899 José de Diego y Martínez, presidió la honrosa entidad judicial.

Según Don Juan G. Lagoa González, conocedor de la historia mayagüezana, “es muy probable que bajo este techo se reunieran otros honrosos e ilustres hombres que con sus trabajos forjaron la historia. Se mencionan entre otros a: Don José Sabater, Don Manuel María Sama, Don José María Monge, Don Carlos Casanova y a Don Mariano Riera Palmer”.

La Casa Grande de Lola Rodríguez de Tió

De lo que hay certeza es de que en esa casa de la calle Méndez Vigo 104 vivió la poeta, periodista y revolucionaria puertorriqueña, Lola Rodríguez de Tió. De ello da fe la investigadora y escritora cubana Josefina Toledo, a quien el Archivo Histórico de Mayagüez le consultó recientemente el asunto.

“La respuesta es sí. Efectivamente, Lola y Bonocio vivieron un tiempo en la Casa Grande de Mayagüez”. La escritora cita unas cuatro fuentes, incluyéndose a ella. “Fuentes que me permiten hacer esa afirmación; fuentes que, estoy segura, todos ustedes conocen sobradamente”. Se trata de los investigadores, Carlos F. Mendoza Tió, Emelina Guzmán Ufret y Aurelio Tió.

Museo Casa GrandeSegún explica, “Después de la muerte de Mercedes, su segunda hija, de apenas 3 añitos de edad, Lola y Bonocio pasan de San Germán a Mayagüez. Muy amigo de Bonocio y gran admirador de Lola es Carlos Peñaranda quien, procedente de Sevilla, desempeñaba en Mayagüez el importante cargo de Intendente General de Hacienda. La familia de Peñaranda y la familia Tió-Rodríguez ocuparon durante un tiempo la misma casa, que era llamada la Casa Grande, porque era grande, y era la casa de una de las autoridades municipales. Allí Lola siguió haciendo sus tertulias. Allí don Bonocio tenía su negocio de libros, y en Mayagüez publicó Lola su importante poemario Mis cantares, en 1876. No sé la dirección, no se consignaba el nombre de las calles; pero las casas de las autoridades coloniales eran grandes, de 2 pisos, y en muchos lugares de América se les llamaba "la Casa Grande", contestó Toledo, quien ha escrito sobre Rodríguez de Tió.

Una casa típica de Mayagüez

La estructura de Casa Grande es un ejemplo representativo de la tipología de un nivel con sótano en mampostería sobre base alta techada en madera y cinc perteneciente al contexto histórico del centro tradicional urbano mayagüezano.

En un artículo publicado sobre esta edificación en mayaguezsabeamango.com la arquitecta Mildred González detalla que la antigua residencia “posee características de fachada distintiva y recurrente en Mayagüez y representa uno de los mejores ejemplos que aún sobreviven en la zona”.

“Diseñada en estilo neoclásico criollo, su sencilla fachada no deja de ser majestuosa y elegante en proporciones. Se levanta la estructura sobre alta y elegante base en mampostería la cual posee cuatro ojos de buey. Sobre ésta presenta el típico balcón corrido frontal con la muy reconocida arcada mayagüezana. En este caso con cuatro arcos de medio punto con barandas en hierro. La fachada se caracteriza por el uso de vocabulario clásico como lo son las pilastras, molduras y los arcos de medio punto. Se corona el edificio con una sencilla cornisa y parapeto”, sostuvo la arquitecta.

“En conclusión, esta casa es símbolo de la arquitectura típica del Mayagüez tradicional, presentando características distintivas de una de las tipologías asociadas al contexto histórico. Es una de las que mejor representa a su tipo; y su relación con eventos y personajes significativos en el desarrollo de la historia la convierten en pieza importante, digna de ser protegida y conservada para el disfrute de todos los mayagüezanos y la ciudadanía en general”, recalcó González.