Lección magistral del astrónomo George V. Coyne en Mayagüez

“Dios no interviene, como si fuera un Dictador o Diseñador del Universo, sino que está como un padre para sus hijos, que motiva, que permite que el proceso evolutivo suceda; como el que participa y ama”. Esa es la explicación que ha dado alguna vez el prestigioso astrónomo jesuita George V. Coyne para sostener su teoría de la compatibilidad entre la religión y la ciencia.

De visita, por segunda vez en el Recinto Universitario de Mayagüez, su presencia se enmarca en el comienzo de un curso interdisciplinario titulado Cosmología, Evolución y Creencia ofrecido en el RUM durante este semestre.

Coyne hará una presentación magistral abierta a toda la comunidad el jueves 21 de agosto de 2014 a las 10:30 am en el Anfiteatro del Edificio de Administración de Empresas, con el sugestivo título: Cosmología Cuántica y la Creación.

El sacerdote también sacerdote jesuita y catedrático de Ingeniería Eléctrica del RUM, doctor Luis O. Jiménez un estudioso, como Coyne, de la relación entre ciencia y religión abunda, en mayaguezsabeamango.com, sobre el reto y no el conflicto entre los dos conceptos.

¿Cómo son valoradas las teorías de Coyne en la comunidad científica?

Lo primero es aclarar a que teorías nos referimos. El sacerdote jesuita George Coyne, quien fue Director del Observatorio Astronómico del Vaticano, es un científico muy respetado por sus trabajos científicos. Entre los muchos reconocimientos que ha recibido por sus contribuciones científicas es el hecho de que se haya llamado el asteroide 14429 con su nombre “Coyne”.

Sus planteamientos en cuanto a la relación entre ciencia y las religiones son muy respetados en la comunidad de científicos y académicos que promueven el diálogo entre estás fuentes de conocimiento. George Coyne es uno de los científicos expertos en el tema de diálogo entre ciencia y religión junto a otros como John Polkinghorne (físico), Arthur Peakocke (bioquímico), Ian Barbour (físico) y John Haught (biólogo), entre otros.

¿La ciencia y la religión están necesariamente en conflicto?

Algunos científicos y filósofos piensan que entre la ciencia y la religión existe necesariamente un conflicto. Nadie niega que de facto en la historia reciente se han dado algunos conflictos. Lo que se pone en duda es que el conflicto es necesario. Entre la ciencia y la región aparece un conflicto cuando se dan las siguientes circunstancias:

Doctor Luis O. Jiménez, Catedrático de Ingeniería Eléctrica del RUMDoctor Luis O. Jiménez, Catedrático de Ingeniería Eléctrica del RUMEl dominio de un espíritu filosófico llamado “reduccionismo cientista” que plantea que la evidencia científica es la única verdad. Según este pensamiento, que no es científico y que es muy cuestionado en los círculos filosóficos, la filosofía, las religiones, el arte y la literatura no tienen nada que aporta a la búsqueda de la verdad.

También provoca un conflicto el llamado “materialismo reduccionista” que afirma que la realidad se reduce a partículas materiales y sus interacciones. Nuevamente, esta postura se presenta como científica pero no lo es. Es una especie de visión de mundo de tipo filosófico que sostienen algunos científicos y algunos filósofos pero que no es científica.

Otra actitud que provoca un conflicto, de parte de grupos religiosos esta vez, es cuando se hace una lectura literal de textos religiosos sin mediar una interpretación. Esto lleva a asumir como literal lo que es simbólico, por ejemplo, la creación en 7 días en el libro del Génesis.

Finalmente, pensar que los textos religiosos, como los primeros capítulos del libro del Génesis, contienen información científica que entra en conflicto con las teorías científicas modernas genera un conflicto.

Sin embargo, esto no tiene que ser así. Un diálogo sincero y abierto entre la ciencia y las religiones conlleva a un mutuo aprendizaje que resulta beneficioso para la ciencia y para las religiones. Mediante ese diálogo los creyentes pueden comprender de manera más profunda la acción de Dios en el mundo y apreciar el mundo como creación de Dios de donde emergen formas nuevas e inesperadas. Les ayuda también a superar la tentación de hacer una lectura equivocada de los textos sagrados o de confundir su fe religiosa con mitos. A los científicos les permite ver y superar la tentación de pensar que solo la ciencia explica la realidad. El pensamiento religioso y la filosofía tienen mucho que contribuir con la búsqueda de sentido de la vida y del mundo.

Ese diálogo entre la ciencia y las religiones ha comenzado. Pocos saben que el Vaticano tiene un observatorio astronómico financiado por la Iglesia Católica. El mismo Vaticano ha patrocinado y continúa patrocinando reuniones de diálogo entre científicos, filósofos y teólogos de distintas creencias (ateos, agnósticos, católicos, protestantes, anglicanos, ortodoxos). Dentro de ese ambiente líderes religiosos han reconocido y afirmado el valor de la ciencia y su aporte. Un ejemplo de este reconocimiento es la afirmación del Papa Juan Pablo II, afirmación desconocida por muchos, incluyendo algunos católicos, donde expone que la evolución es más que una hipótesis, es una teoría y por lo tanto debe tomarse con mucha seriedad.

“Hoy, nuevos conocimientos nos llevan a reconocer que la teoría de la evolución es más que una mera hipótesis”. (Discurso de Juan Pablo II a la Pontificia Academia de Ciencias)

¿No implica el progreso de las ciencias que Dios es innecesario para explicar el universo?

Doctor George V. CoyneDoctor George V. CoyneVarios científicos (Hawkins), filósofos (Daniel Dennett) y algunos creyentes piensan que Dios actúa allí donde no existe una explicación científica. Es la idea de Dios llamada en inglés “God of the Gaps” (Dios tapa agujeros). Evocamos la acción de Dios donde existe un agujero en nuestro conocimiento. Por eso, el avance de la ciencia genera una ansiedad para algunos religiosos y para algunos con posturas anti-religiosas les produce la sensación de reivindicación.

Sin embargo, este planteamiento supone unas afirmaciones muy problemáticas. Primero, supone que la acción de Dios está en contradicción con la razón humana. En otras palabras, supone que la acción de Dios es irracional y compite con nuestra inteligencia. Pero esto no es así. Incluso en el pensamiento del judaísmo previo al Nuevo Testamento plantea que Dios actúa con su sabiduría. La misma sabiduría que inspira la mente humana.

Otro problema con este planteamiento es que Dios actúa como un agente más en el mundo, incluso en competencia con los demás. Pero no es esto lo que afirman la mayoría de las religiones o el pensamiento religioso. Dios no es un agente más. Dios es el Creador, la realidad última que permite que existamos y actuemos en el mundo. Dios no anula los distintos agentes del mundo. Al contrario, les permite que sean y les posibilita que actúen.

¿Cuál es la importancia de la visita de George Coyne a Mayagüez?

Es un honor tener a alguien tan reconocido a nivel mundial en el campo de la Cosmología, su especialidad científica.

La presentación de Coyne y el curso interdisciplinario Cosmología, Evolución y Creencia ofrecido en el RUM es parte del ciclo de seminarios del proyecto Convergencia de la Ciencia, Tecnología y las Humanidades auspiciado por la National Endowment for the Humanities.

Coyne, quien dirige el grupo de investigación del Observatorio de Estados Unidos, en la Universidad de Arizona en Tucson defiende su visión de Dios dentro de la historia de la evolución, distinguiendo su sólida creencia religiosa de su vena científica.

El astrónomo ha estudiado, por más de 30 años, el nacimiento y la evolución de las estrellas. Como teólogo que también es, reafirma que su actividad como científico le ha dado apoyo a su vida como jesuita y como creyente en Dios. Sostiene que hacer ciencia no es incompatible con la fe religiosa.

Coyne tiene un bachillerato en matemáticas y licenciatura en filosofía en Fordham University en Nueva York (1958). Para completar su doctorado en Astronomía en la Universidad de Georgetown, en 1962, realizó estudios espectrofotométricos de la superficie lunar. Completó además, sus estudios en teología en Woodstock, Maryland. Se ordenó sacerdote en 1965.