Descansa en paz el legislador municipal más longevo del país Manuel Pérez Sotomayor
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- por mayaguezsabeamango.com
El vestíbulo de la casa alcaldía de Mayagüez resultó pequeño para acomodar a la familia biológica y la familia extendida del que fuera el legislador en funciones más longevo de todo Puerto Rico, don Manuel Andrés Pérez Sotomayor, quien murió a dos meses de cumplir 103 años habiendo servido por 26 años en la legislatura municipal de la Sultana del oeste.
Don Manolito, presidió temporalmente la asamblea municipal en el cuatrienio 2004-2008 en un momento muy álgido del mandato del entonces alcalde José Guillermo Rodríguez y posteriormente se convirtió en vicepresidente del cuerpo, puesto al que renunció para dar paso a un legislador más joven. Tenía entonces 98 años.
Sus hijas, Mercedita, Carmencita y Magda, gran parte de sus 12 nietos y algunos de sus 27 bisnietos se juntaron en Mayagüez para despedir a su adorado Papa Pé, como le llamaban nietos y bisnietos.
Sus nietos Mariely, Luis, María Mercedes y José Luis hablaron con ternura y agradecimiento del “abuelo más cariñoso del mundo, el que me daba besos y me decía todos los días cuanto me quería” y “el más leal”.
Para su nieta Mariely su abuelo “era el hombro donde recostar mi cabeza y lo hacía a los 46 años, cerraba los ojos y sentía el amor más puro, la paz más profunda, pero sobre todo, era el lugar donde más segura me sentía” y la persona de quien recibió las lecciones de moral que han guiado su vida y las de su familia.
Su Papa Pé, dijo, “no nos enseñó valores ni moral a medias. Con Papa Pé estabas o no estabas, era sí o no, blanco o negro o mejor dicho rojo y rojo. Era la persona más leal que he conocido. Estaba comprometido con defender en lo que creía y a quién quería y defendía contra todo a los que quería: su familia, sus amigos, su trabajo, su pueblo, su país. La lealtad no es fácil de encontrar en una persona y todos los que contamos con él tuvimos el privilegio de contar con su lealtad. Era generoso, afectuoso, súper cariñoso. Papa Pé simplemente estaba con el que más lo necesitaba y no descansaba hasta saber que había hecho todo lo posible por ayudar a los demás”, recalcó la nieta a la que le siguieron sus primos quienes hablaron en similares términos.
Marcó mi vida
El alcalde interino Jorge Ramos Ruiz recordó que Don Manolito fue una persona que ha “marcado mi vida”.
“Para mí es un honor estar aquí en este momento. Yo como padre quisiera en algún momento que mis hijos pudieran tener el aprecio que he visto que tienen las hijas de don Manolito por él y su familia. Era una persona de bien, extraordinario ser humano por lo que nos honra mucho poder rendirle este homenaje en la tarde de hoy”, subrayó.
La presidenta de la Legislatura Municipal Pura Vincenty quien fue compañera y amiga, en y fuera de la legislatura, destacó su lealtad y la ética de servicio público y el sentido del trabajo del otrora legislador y gallero.
“Era un caballero, un señor íntegro, pero sobre todo leal. Muy amigo de sus amigos, servidor público por excelencia, defensor de los postulados del Partido Popular Democrático, del Estado Libre Asociado, del programa de gobierno de la administración municipal. Desde hace más de 25 años formó parte de la legislatura desde donde siempre levantó su voz a favor de los proyectos de desarrollo económico y social”, acotó quien visitó por primera vez una gallera “con el mayor defensor del deporte del pico y las espuelas”.
De entre las mil y una historias que recordó de don Manolito destacó el homenaje que le rindió el presidente del Senado Tomás Rivera Schatz cuando cumplió sus 100 años. Ese día, dijo, don Manolito le advirtió que recibiría el reconocimiento de manos de un dirigente novoprogresista pero que dejaría muy claro que él era de otro partido.
“Cuando llegamos, no hizo más que bajar del carro vinieron los reporteros y les dijo: me hicieron este homenaje pero quiero que sepan que yo soy popular y gallero”, apuntó.
La guardia de honor
La ceremonia a la que asistieron la representante Jocelyne Rodríguez, la senadora Migdalia González y el asesor de Asuntos Municipales de la Fortaleza, Ángel Morales en representación del gobernador Pedro Pierluisi, entre otros funcionarios municipales, estuvo precedida por seis guardias de honor en la que participaron el alcalde interino Ramos Ruíz, la presidenta de la Legislatura Municipal y los legisladores que componen ese cuerpo, las legisladoras Rodríguez y González y miembros de la Policía Municipal.
Concluido el acto protocolar el féretro fue trasladado a pie por policías municipales. Familiares y amigos acompañaron a Don Manolito por última vez a través de la Plaza Colón hasta la Catedral Nuestra Señora de la Candelaria donde Monseñor Humberto López ofició la misa de difuntos. Luego sus restos fueron enterrados, como había solicitado, en el panteón familiar en el Cementerio Vivaldi de Mayagüez.
Las banderas de todas las dependencias municipales ondearon a media asta durante cinco días en señal de luto y duelo como un homenaje de la ciudad que le abrió sus brazos y lo convirtió en su hijo adoptivo por excelencia por más de ocho décadas.
Descanse en paz.
