Lo que el viento se llevó
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- Creado en Domingo, 18 Julio 2010 04:35
- por César Colón Montijo
El viento sopló y sopló duro. Ahí están los videos, las fotos y los testimonios para evidenciarlo. También los heridos, especialmente el ciudadano al que una viga de aluminio le cortó tres dedos y quien podría incluso perder su mano. Lo evidente al hacer un recorrido por el Paseo Litoral unas horas después de los vientos que provocaron la posposición de la ceremonia inaugural de los XXI Juegos Centroamericanos y del Caribe Mayagüez 2010, es que la zona no está destrozada.
El estadio Isidoro García estaba sitiado. Decenas de policías marcaban un perímetro extenso que procuraba evitar que ciudadanos se acercaran a los andamios aún en pie. Según dijo un agente que prefirió mantener el anonimato, “esos andamios están muy débiles y se pueden caer, pueden ser proyectiles”. Sobre la pista había restos de pancartas, carteles, pedazos de metal, charcos de agua y restos de la decoración que se había montado para las festividades. Afuera había una montaña de escombros que ya un grupo de trabajadores comenzaba a recoger.
Por la acera que bordea el Paseo Litoral caminaban ciudadanos curiosos que observaban todo y sonreían en saludos tímidos. Mientras, las barras del barrio estaban animadas con la gente dándose la fría. Carritos de golf de los organizadores iban y venían, mientras los encargados del montaje técnico reforzaban andamios y verificaban conexiones eléctricas.
Detrás del anfiteatro del Paseo Litoral, cuatro hombres rescataron una carpa que había volado hasta caer al mar. “El viento, sopló un viento… tenemos a un compañero herido porque se cayó esta carpa del monitor de sonido”, dijo uno de los trabajadores de la tarima que sólo se identificó como Will. “Pero gracias a los pescadores que nos ayudaron, que son la gente que sabe, los obreros, trabajadores puertorriqueños que trabajan de verdad. Pero pa’ alante papá, ya estamos arreglando las otras carpas y mañana es que es.”
En la zona de las machinas y las artesanías junto al anfiteatro del Paseo Litoral, se sentía la leve calma. Los machineros vacilaban al tiempo que verificaban sus caballitos y en un trailer con colores de verbena, se repartían carnets a los participantes. En los kioskos la gente aseguraba sus cosas, un gallero velaba los rejones en que guardaba un gallo giro y una gallina ceniza. En la jaula de al lado, más grande por supuesto, había un avestruz que no tenía hoyo para meter su cabeza.
A unos pasos del estadio, un grupo de ciudadanos “de fe” entonaba cánticos religiosos con panderos y tambores de batucada. Portaban banderas con lemas cristianos, mientras un grupo de la Policía montada marcaba un perímetro bien limitado alrededor del círculo de oración.
Los heridos fueron llevados al Centro Médico Ramón Emeterio Betances y luego al Centro Médico de Río Piedras mientras que alrededor del Cholo García se trabajaba a todo vapor. Llegaban más vehículos de la Guardia Nacional y ambulancias; helicópteros sobrevolaban el área. Varias personas tomaban fotos y videos con sus camaritas o celulares, igual que sucedió cuando azotaron los vientos. Han sido esas imágenes las que han volado a través de las redes sociales. Muchas de ellas han sido parte de la cobertura mediática que ha alarmado al País con titulares que hablaron de devastación y desastre.
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