Vitín Avilés
- Detalles
- por Walter G. Magaña Sandoval *
Su verdadero nombre era Víctor Manuel Avilés Rojas. Cantante poseedor de una melodiosa voz que dominaba magistralmente todos los ritmos afro-latino-caribeños, pero especialmente se destacó por la interpretación de boleros al mejor estilo de Tito Rodríguez o del cubano Roberto Ledesma sin caer en la imitación.
Nació e1 30 de septiembre de 1924, en Mayagüez, Puerto Rico. A la edad de 16 años cuando se desempeñaba como peluquero, se aprendió el repertorio de una orquesta que para 1a época causaba furor en Puerto Rico: La Hatuey de William Manzano. En aquel tiempo, Vitín soñaba con ser vocalista de esa agrupación. Cierto día se enteró que La Hatuey se quedaba sin cantante, se quitó la bata de barbero y se fue al lugar donde ensayaba la orquesta, habló con Manzano, le confesó que se sabía todo el repertorio y le pidió que lo probara.
En esa misma semana Vitín debutó con la poderosa agrupación en tres bailes seguidos, transcurría el año 1943. Nadie noto el vacío del cantante anterior. Al año siguiente se trasladó a San Juan para unirse a la agrupación del trompetista Miguelito Miranda. En 1945 Vitín Avilés radicado en San Juan, Puerto Rico hace su primera grabación, el tema “Llego la televisión” original de José Carbó Meléndez. La canción fue todo un éxito y a los dos meses lo mandaron a buscar de Nueva York donde se vinculó a la orquesta de Pupi Campos en la que permaneció hasta 1957. Llegó a Nueva York contratado por tres días, que se convirtieron en más de 40 años y donde se consagró como uno de los intérpretes más polifacéticos de la era del mambo.
Vitín grabó alrededor de 45 discos elepe, incluyendo las interpretaciones en los trabajos discográficos que hizo para las orquestas de Enrique Madriguera, Tito Puente, Tito Rodríguez, Machito, Lecuona Cuban Boys, Xavier Cugat, Charlie Palmieri, Sexteto La Playa, entre otros. En 1954, junto con Tito Rodríguez grabo dos discos, uno de ellos cantando a dúo. Comentaba el propio Vitín que al escuchar la grabación (playback) ninguno de los dos podía distinguir quien era quien; pues las voces eran muy similares.
Fue el vocalista líder en el primer álbum de La Duboney de Charlie Palmieri, “Let's Dance The Charanga!” grabado en el sello United Artists en 1960, y en los que tal vez son los mejores trabajos musicales de Charlie en los 70s: “El gigante del teclado” (1972), “Vuelve el gigante” (1973) y “Adelante, gigante” (1975), grabados en el sello Alegre. Ello dejó registrada su impecable vocalización en temas como “La hija de Lola”, “El mundo está bien”, “El pan sobao”, “La vecina”, “El guayo de Catalina”, “Que te vas ... pues vete”, entre otros. Su consagración definitiva se registró en 1974 cuando Joe Cain le produjo como solista en el sello Alegre, con arreglos de Tito Puente y Charlie Palmieri, tocando, también, el piano, el álbum “Canta al amor”, con composiciones en tiempo de bolero de Catalino “Tite” Curet Alonso y Bobby Capó, de las cuales sonaron internacionalmente: “Por qué ahora” de Bobby Capó y “Temes” de Curet Alonso. También merecen atención las canciones “Dos centavos” y “Asesina”. Cuando se unió al Sexteto La Playa en 1975, revolucionó el ambiente latino neoyorquino con el medley de dos mambos: “Coco seco” y “Anabacoa”, grabado en el disco “La Playa Sextet And Orchestra: The Exciting New La Playa Sound”, en el sello W.S. Latino.
Posteriormente Vitín Avilés compartió la vocalización con Junior González en el álbum, del sello Musicor, “Payo Alicea's La Playa Sextet: The Sound of Puerto Rico” del que se merecen destacar los temas “Con mi guaguancó “ y la guajira “No me dejes”. Con el éxito de los boleros “Por qué Ahora” y “Temes” la casa discográfica Alegre decide lanzar al mercado otros dos álbumes en este estilo: “Otra vez con amor” (1975) y “El cantante del amor” (1976), pero no contaron con las misma aceptación del público melómano latino. Charlie Palmieri, Eddie Martínez y Ray Cohen realizaron los arreglos del álbum de Vitín Avilés como solista “Con mucha salsa” en 1978 en el mismo sello Alegre, en el cual fue acompañado por una pequeña All-Stars: Luis Perico Ortiz, Héctor Bomberito Zarzuela, Tony Cofresí y Ray Maldonado en las trompetas, Sam Burtis y Leopoldo Pineda en los trombones, Eddie Guagua Rivera en el bajo, Charlie Palmieri en el piano, Nicky Marrero en los bongoes, Johnny Rodríguez en la conga, Mike Collazo en los timbales y Adalberto Santiago y Miguel Meñique. Barcasnegras en los coros. Además la producción fue de Louie Ramírez y quien ejecuto las claves.
En 1980 fue invitado a grabar con la Súper Orquesta de Venezuela, bajo la dirección y producción musical de Nelson Alizo, compartiendo vocalización con el colombiano Nelson Pinedo en el álbum “Vitín Avilés con la Súper Orquesta de Venezuela”, en el sello Velvet, del cual se destacan los temas “Sonero” (original de Johnny Ventura) y “Ahora pago yo”.
Después de esto en las siguientes dos décadas Vitín Avilés cayo en el tedioso olvido del melómano latino. Vitín Avilés falleció el sábado 3 de enero de 2004, en el Hospital San Vicente de Manhattan, en la ciudad de Nueva York, EE.UU., debido a complicaciones relacionadas con sus múltiples quebrantos de salud resultado de la falta de cuidados de su obesidad y de una diabetes crónica que le aquejaba, a la edad de 80 años.
Previo a su deceso, Vitín salía de su casa en la Calle 42 en una silla de ruedas y visitaba las compañías de discos en busca de atención y reconocimiento ya que, como otros artistas de su generación, nunca entendió como pudo ser relegado al olvido a pesar de su exitosa trayectoria. “Tenía mucha dificultad con el caminar. Tuvo muchos problemas en la vida y llego un momento en que no pudo más. Hace menos de una semana vino por aquí a buscar una música. Lo hizo batallando en un silla de ruedas porque el pobre ya no daba más”, dijo Víctor Gallo, gerente de Sonido Inc., compañía que custodia los catálogos de Alegre, Tico y Mardi Grass, que contienen parte de su obra.
“La voz la mantuvo hasta el final. Estuvimos en actividades y cuando cantaba se quedaba con el show. Se había dedicado a cantar con pistas”, dijo desde Nueva York el compositor Mike Amadeo, quien le compuso canciones como “Son las 12” y la guajira “No me dejes”, Los restos del “Cantante del amor” fueron velados en la Ortiz Funeral Home ubicada en el Oeste de la 72 entre Broadway y Avenida West End la noche del sábado 3 desde las 5:00 p.m. a 9:00 p.m. y el domingo desde las 2:00 p.m. de la tarde en adelante. Conforme a su voluntad fue cremado. Como el mismo Vitín decía, siempre será el “Frank Sinatra de la música latina”.
Se fue sin recibir en vida el merecido reconocimiento que tiene ganado en el pentagrama musical afro-latino-caribeño. Siempre será recordado como un caballero y un buen hombre.
* Reproducimos aquí por su interés el artículo que fue escrito por Walter G. Magaña Sandoval en la revista “La canción popular” en 2004. El artículo resume la trayectoria del reconocido cantante mayagüezano y sirve como referencia general para conocer a uno de los artistas de mayor proyección que ha dado nuestra ciudad.