Una avenida y un monumento en honor a Juan Mari Brás
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- por Millie Gil
Un certamen que convoca a escultores jóvenes a someter diseños para la realización de un monumento de recordación del patriota mayagüezano, Juan Mari Brás ha sido propuesto por las autoridades municipales de Mayagüez.
El monumento será colocado en la carretera PR-3108 que discurre desde la Carretera PR-2 hasta la intersección con la Carretera PR-108 del barrio Miradero de la Sultana del Oeste, que en adelante, y por virtud de ley, llevará el nombre de Avenida Juan Mari Brás.
El vicealcalde de la ciudad, Heriberto Acevedo adelantó la información, sin ofrecer muchos detalles, en deferencia al ejecutivo municipal, José Guillermo Rodríguez quien hará el anuncio oficial oportunamente.
Acevedo participó en los actos de conmemoración de la vida y obra de Don Juan, organizados por el Centro Cultural Eugenio María de Hostos y el Municipio de Mayagüez, en el quinto aniversario de la muerte del líder independentista.
Charlie Hernández y la Ley 89
Fue el representante Charlie Hernández quien tuvo la iniciativa de que se le pusiera el nombre de su compueblano a la nueva avenida, “vistas las aportaciones de Don Juan al Puerto Rico contemporáneo en todas las disciplinas que ejerció”.
Así consta en el proyecto que sometió a la Asamblea Legislativa en el año 2013 y que se convirtió en la Ley 89 ese mismo año. “Es innegable que es merecedor de todo tipo de honor que a los hombres y mujeres ilustres se les hace”, dice Hernández.
“Las contribuciones de Don Juan a la vida puertorriqueña en innumerables ámbitos de nuestra sociedad son incuestionables. Si bien es cierto que a Mari Brás se le conoce por su participación activa en la política puertorriqueña, lo cierto es que su contribución se extendió aún más en la vida contemporánea nacional. Las aportaciones a las letras, al periodismo, a la cátedra, y al desarrollo constitucional de nuestra Nación, hacen de Don Juan una persona querida y admirada por personas de todas las ideologías de la política puertorriqueña”, lee textualmente la ley.
Juan Mari Brás
Mari Brás fue embajador de la independencia patria en América Latina y donde quiera que viajó durante su larga y productiva vida. Tan profundo era su afán, que en 1994, el mismo año en que fue operado de corazón abierto, se presentó a la embajada de Estados Unidos en Venezuela a renunciar la ciudadanía estadounidense.
Ese acto tuvo secuelas, al punto que Mari Brás logró obtener la ciudadanía puertorriqueña en un país sin soberanía, pues siempre ha sido colonia, primero de España y luego de Estados Unidos.
En septiembre de 2007, de manos del entonces secretario de Estado, Fernando Bonilla, Mari Brás recibió el primer certificado de “ciudadanía puertorriqueña” que se entregó en Puerto Rico. El Líder mantuvo su residencia en el sector El Limón de Mayagüez hasta su muerte el 10 de septiembre de 2010.
Mirando hacia el mar de las Antillas
“Su nombre pertenece a un círculo exclusivo de líderes de esta Isla que alcanzó un sitial de honor, reconocidos como próceres, por su dignidad, inteligencia, valor, ideas y luchas en favor de la patria”, dijo el historiador Fernando Bayrón Toro en un mensaje previo a la inauguración de una escultura de Mari Brás que ha sido colocada en el jardín del Museo Eugenio María de Hostos.
La misma ocupa un lugar estratégico desde donde mira “al mar de las Antillas”, según su viuda Marta Brás.
“Ahora en esta histórica cumbre y en este alto pedestal natural de la patria recordaremos para siempre a los dos mayagüezanos más ilustres de todos los tiempos, Eugenio María de Hostos y Juan Mari Brás. Desde este momento, boricuas y hostosianos tendremos mayor compromiso y entusiasmo para peregrinar y visitar este paraje hermoso del barrio Río Cañas Arriba, a fin de recibir la inspiración que nos regalan estos dos genios mayagüezanos de la intelectualidad y del patriotismo”, subrayó Bayrón Toro.
Por su parte, el presidente del Centro Cultural Eugenio María de Hostos, Felipe Muñiz, destacó que el también periodista y escritor era como “la roca pura”. “Inmarcesible para poder resistir tanta maldad, tanta injusticia contra su vida, aún después de fallecido. Sin embargo, nunca vendió un minuto de su vida porque sabía que la vida no se puede comprar, la vida hay que vivirla para la patria”.
Una misa en la Catedral Nuestra Señora de la Candelaria precedió los actos conmemorativos en el Museo. Una misa, que según su viuda, tiene que celebrarse los 10 de septiembre, “no importa si es jueves o domingo, porque así lo pidió y así se hará”.
Paquita Pesquera, primera esposa de Mari Brás estuvo junto a sus hijos Rosie y Raúl, al igual que Teresa, su hija menor y su primo Emilio Soler, entre otros sobrinos y familiares.