Se destaca la obra de Marcos Irizarry en el Museo de San Juan
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- por Jorge L. Frontera Lloreda *
“Y nada más, solo reiterar… que ningún artista puede ser objetivo frente a su quehacer; solo le cabe exponer sus intenciones y esperar a que estas sean entendidas si están bien realizadas. De ustedes es la respuesta”. Marcos Irizarry.
Esto es precisamente lo que parece decir el extraordinario Mural de Marcos Irizarry con sus inagotables planos de blanco, negro y gris creados por el minucioso uso de líneas que se cruzan infinitamente sobre su inmensa superficie. Parado frente a él es inevitable contemplar la cantidad de trabajo y dedicación que tomó crear esta obra, insuperable en su técnica y estilo. El mural, grabado sobre 39 piezas individuales de papel que juntas miden siete pies de alto por veintiuno de ancho, se puede apreciar en la exhibición: Marcos Irizarry, un vanguardista puertorriqueño: Obra gráfica y pictórica, 1962-1994 que se presenta desde hace varios meses en el Museo de San Juan.
La muestra de sobre 35 obras se debe a las aportaciones del Instituto de Cultura Puertorriqueña, el Museo de Arte, Historia y Antropología de la UPR- Río Piedras, el Museo de Arte de la UPR- Recinto de Mayagüez, la Liga de Arte de San Juan y de coleccionistas privados. Reúne pinturas y grabados a grande escala, bocetos, origamis, una plancha de grabado en metal y el portafolio titulado “Ocupación del Fuego”, compuesto por siete imágenes en aguatinta y siete textos inéditos del poeta español Ángel Crespo.
La Sala Oller del Museo de San Juan utiliza un diseño inspirado en las formas geométricas siempre presentes en la abstracción de Irizarry para ofrecer en cada momento nuevos puntos de vista de las distintas etapas de su trayectoria. Le permite al espectador apreciar las influencias y técnicas acumuladas por un artista que cursó estudios en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Madrid y que llegó a exponer en España, Colombia, Santo Domingo, Panamá, Italia y Yugoslavia.
El recorrido comienza con el impacto del enorme Mural en una íntima sala que acoge algunos de los más reconocidos ejemplos de la etapa gráfica del artista. Expone las distintas técnicas y estilos que trabajó, desde sus distorsionadas imágenes figurativas y su ordenada desconstrucción de la forma orgánica hasta sus elegantes trabajos con el repujado y su refinado uso de la línea. Entre ellos sobresale el grabado que ganó primer premio en la primera Bienal de San Juan de Grabado Latinoamericano del 1970.
La segunda sala recibe al espectador los cálidos y ásperos colores de la Serie Mediterránea, expuesta en 1989 en la Calcografía Nacional de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid, institución que custodia las planchas de grabado de Francisco de Goya. Y continúa con la etapa pictórica de Irizarry, marcada por la memorable reaparición de la figura humana, el uso de gestos violentos, múltiples medios y accidentes controlados. Posiblemente la mejor representación de esta etapa es la pintura Sin título de la colección MUSA que no solo muestra el lenguaje conflictivo que manejaba sino también ofrece una clara visión del porvenir.
La exposición culmina con el esplendor de la Serie Marruecos, el producto final de un artista que no parece haber estado satisfecho si no era investigando nuevos lenguajes de expresión. Realizada mientras batallaba contra el cáncer, la serie presenta un trabajo delicado que le devuelve a su obra la sutileza presente en sus trabajos sobre papel. Combina, meticulosamente sobre el lienzo, formas geométricas, curvas y líneas que parecen interminables, logrando una expresión universal e ilimitada.
Marcos Irizarry se despide del arte y lamentablemente también de la vida con la creación de un lenguaje de trascendencia hasta el momento inexistente en el arte puertorriqueño. Tan única fue la personalidad creativa de Marcos Irizarry que, como ha pasado con otros artistas considerados de vanguardia, solo con el tiempo es que se comienza a apreciar la real envergadura y alcance de su obra.
El Museo de San Juan cumple con brindarle al público nacional e internacional la oportunidad de conocer, posiblemente por primera vez, a un artista puertorriqueño cuya obra forma parte de la colección de reconocidos museos como el Museo de Arte Moderno de Nueva York, el Museo de Arte Moderno de Madrid, el Museo de Arte de Ponce, el Museo de Arte de Puerto Rico y el Museo Rayo de Colombia. Y atestigua la necesidad de colocar a Marcos Irizarry nuevamente como un referente en la discusión de la historia del arte plástico puertorriqueño y una influencia importante en su futuro desarrollo.
Marcos Irizarry, quien fue artista residente de la Universidad de Puerto Rico Recinto de Mayagüez, fallece en el 1995 pero no sin antes ganar medalla de oro en el XV Salón del Grabado en San Fernando, Madrid, premio adquisición del Museo Rayo en Colombia, ser homenajeado en la Séptima Bienal de San Juan de Grabado Latinoamericano y del Caribe y ayudar a crear el taller de grabado en metal de la Escuela de Artes Plásticas de Puerto Rico.
Según el director del Museo de San Juan, Luis Moisés Pérez, debido a su apoyo popular la fecha de cierre de la exposición- que abrió el 29 de mayo de este año (justo en la víspera del vigésimo aniversario de la muerte de Irizarry)-, se extenderá hasta el 10 de enero. Estará abierta al público, libre de costo en la Sala Oller del Museo de San Juan, 150 Calle Norzagaray, Viejo San Juan. Los horarios son de martes a sábado de 9:00 a.m. a 12:00 p.m. y de 1:00 p.m. a 4:00 p.m. y los domingos de 12:00 p.m. a 5:00 p.m.
* Este artículo fue publicado en Diálogo.