Fértil Puerto Rico para la industria de la alta costura
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- por Lester Jiménez para MSAM
La alta costura en Puerto Rico está a la par con los grandes países del mundo que destacan en esa materia, y tiene el potencial para convertirse en una industria de gran desarrollo económico para la Isla.
Así lo expresó Silvia Aguiló, historiadora y gestora de la Incubadora de Empresas e Industrias Creativas (IEIC) de Mayagüez en el marco de la exposición de moda Royal Black, que se presenta en la Casa Museo Pilar Defilló de Mayagüez.
Según Aguiló, hay terreno fértil para desarrollar una industria rentable alrededor de la alta costura e instó a los diseñadores del patio a reclamar legislación que ayude a su impulso.
“Nuestros diseñadores pueden irse de tú a tú con cualquier diseñador del mundo porque son de alto calibre. Yo creo que es una industria exportable si tuviéramos las herramientas y las estrategias adecuadas. Pero definitivamente es una industria que puede tener un crecimiento y un desarrollo económico mayor”, dijo Aguiló.
“Faltan estímulos, como legislación adecuada. Los diseñadores como gremio deben empezar a cabildear con la legislatura medidas que puedan facilitar el desarrollo de la industria de la moda”, agregó.
Unidos para revivir la industria de la aguja
Por su parte, Joseph Da’Ponte, presidente del Puertorrican Fashion History Council admitió que revivir la industria de la aguja en la Isla sería una labor algo cuesta arriba, pero aseguró que existe espacio para explorar nuevas formas de dar a conocer el trabajo de diseñadores de la Isla y de maximizarlo económicamente.
“Los diseñadores hemos pensado en la posibilidad de que esta industria renazca. Para poder comercializar y abrir la industria de la aguja nuevamente, lo que deberíamos hacer es la venta de alta costura pero a máquina. Un ejemplo: un diseñador vendería un traje aquí en $1,200. Las tiendas por departamentos grandes, pueden comprar cinco, seis o siete trajes y los vende en otros lugares a $6,000 o $7,000 pero el precio en Puerto Rico, sería, por ejemplo, de $2,000 o $3,000”, destacó Da’Ponte.
“Creo que es un mercado súper amplio porque no es lo mismo hacer un traje exclusivo que cueste $3,000 que hacer cuatro o cinco vestidos de la misma forma a máquina. Te ahorrarías mucho en materiales y otras cosas. Si se hace de esa manera, sí podría ser un motor económico, sí podría desarrollarse una economía alrededor de la alta costura”, añadió.
Según el también diseñador, la industria de la aguja en Puerto Rico tuvo su apogeo en las primeras décadas del siglo 20 y fue pilar en la economía del país.
“A principio de siglo 20, Puerto Rico vivió de la industria de la aguja. De la misma manera que tuvo su auge la industria del azúcar, del café o del tabaco, también estuvo la industria de la aguja. A principios de siglo, llegaron a contarse sobre 44,000 costureras en todo el país”, repasó.
“Ya no es como antes, que se daban clases de costura. Ahora todo el mundo se enfoca en ser diseñador, y muchos se van fuera del país a estudiar. Ahora todo el mundo quiere ser diseñador de modas. Nadie quiere ser costurera. Es como si en Administración de Empresas o gerencia, todo el mundo quiere ser jefe y nadie quiere ser empleado primero. Lo mismo pasa con la moda”, subrayó.
Moda y prosperidad en Mayagüez
Como parte de la Expo Moda Royal Black, el Museo Pilar Defilló acogió el viernes varias actividades educativas.
“Para la exhibición Royal Black, que organiza el Concilio de la Historia de la Moda en alianza con la Incubadora de Empresas e Industrias Creativas y el Municipio de Mayagüez, creímos que era necesario tener también una serie de actividades educativas para poner en contexto la importancia de la historia de la moda”, sostuvo Aguiló.
En la mañana se presentó un documental “De Guayaberas y Pasacintas”, del productor Pedro Lázaro y luego se desarrolló un conversatorio sobre la historia de la moda y su contexto social, en el que participaron Da’Ponte, Lázaro, el diseñador y educador de moda Osvaldo Morales y Rita Cerame, especialista en Moda.
En la tarde, Aguiló presentó una conferencia sobre “La Moda en Mayagüez en el siglo XIX”, en la que detalló algunos aspectos sociales y económicos que influenciaron la moda en esta ciudad.
“Me concentré en el periodo desde 1870 a 1914, que coincide con el periodo de relativa prosperidad en Mayagüez y justo antes del terremoto de 1918. Curiosamente coincide también con un periodo que se conoce como la Belle Époque que es un tiempo de considerable paz y progreso en Europa”, destacó.
Aguiló repasó periódicos y revistas de la época y mostró fotos de personas de la ciudad para ilustrar cómo se vestían las mujeres mayagüezanas en distintas épocas.
“De hacer los trajes de la Moda Ilustrada Europea que era una revista, hasta para principios del siglo 20 que se simplifica la silueta y ya hay tiendas por departamento y ropa hecha”, indicó la destacada historiadora.
“La moda refleja lo que es el desarrollo de la ciudad. La moda se estudia en antropología cultural y sociología. La moda es una manifestación más”, sentenció.
Luego, se presentó el documental “La Anatomía de un vestido”, de Flora Pérez Garay y un segundo conversatorio sobre los retos contemporáneos de la Moda en Puerto Rico.
A la actividad asistieron estudiantes de varias escuelas de moda de la región, como la Mayagüez Institute of Technology, EDP College y el Programa de Diseño de Moda de la Pontificia Universidad Católica en Ponce.