Wilfredo Maisonave: de los mejores del mundo
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- por Millie Gil
El mayagüezano Wilfredo Maisonave Oriol es según los entendidos uno de los mejores diez atletas del mundo en Salto Largo y Triple Salto. Ganó la única medalla de oro en Salto Largo en los Centroamericanos de 1974 y después de 40 años aún conserva la marca Nacional Juvenil de Puerto Rico de 1970 con 7.80 metros.
Desde la escuela superior y hasta que culminó sus estudios universitarios en el Colegio de Agricultura y Artes Mecánicas de Mayagüez, CAAM ahora el RUM estableció marcas nacionales, regionales y en 1969 un record mundial. Por ello, Maisonave ha acumulado decenas de medallas de oro, plata y bronce, trofeos y la clasificación como uno de los mejores diez atletas del planeta durante diez años consecutivos.
Pero el salto más largo de su vida fue salir de La Rasqueta en la playa de Mayagüez, frente al emblemático parque de pelota -hoy convertido en el estadio olímpico- Isidoro “Cholo” García, y llegar a la meta que era el Colegio.
En ese arrabal vivía con su madre, Blanca Iris Oriol y desde jovencito trabajaba en cualquier cosa con tal de traer, por lo menos un plato de comida a la casa. Era empleado en una fábrica de flanes y recortaba patios a machete antes de saber que tenía buenas piernas. Eso lo descubrió por casualidad.
“Cuando uno es pobre uno está tratando de salir haciendo deportes. Fue casualidad, yo estaba sustituyendo al baloncelista Yamil Brunet que se lesionó y me preguntan a mí si quería saltar. Yo no sabía nada y gané. De ahí en adelante me gané una beca atlética para estudiar en el Colegio de Mayagüez. Yo me crié con mi mamá y no era fácil. Mi madre hizo de madre y padre empecé en el deporte para brincar todos los obstáculos de la vida. Yo usé el deporte como trampolín para comprarle una casa a mi madre”.
En el Colegio, los legendarios entrenadores Gabino Irizarry y Golo Laracuente le dieron los primeros consejos, “cada uno de ellos puso en mí como una alternativa para mejorar en la vida, desde entonces estoy en el movimiento deportivo”.
“Ese es el salto más grande y fuerte de coger, ese relevo mío, salir de un de lugar de donde la gente no puede salir. Ese es un gran salto, muchos de los que se criaron conmigo ya están muertos”, dijo.
Según Maisonave en la casa la cosa comenzó a mejorar cuando el entonces rector del Colegio, José Enrique Arrarás le consiguió un apartamento en el residencial público Colombus Landing.
Aunque reconoce que los atletas boricuas hacen grandes esfuerzos para entrenar, competir y optar por las medallas recuerda las necesidades y penurias que pasó cuando empezó su carrera deportiva.
“Cuando yo competía lo más que me daban era tres dólares con los que podía comprar una caja de pollo con papas. Y no existían las pistas sintéticas, eran pistas de tierra y los zapatos de correr tenían los clavos largos para que se enterraran y no resbalaran”, dijo quien afirma que “el atleta hoy no puede quejarse en comparación con lo que nosotros recibíamos”, fue una cita.
Tres años participó en las Justas de la Liga Atlética Interuniversitaria en representación del Colegio y finalizó invicto en eventos de salto largo y triple salto. Un viernes en las Justas de 1971 estableció marca en salto largo con 25’ 3 ½ ” (7.71 m.) y al día siguiente implantó récord de 51’ 7” (15.71 m.). Ese año se adueñó de las marcas nacionales en ambos eventos.
Maisonave es profesor en el Departamento de Educación Física del RUM desde hace 32 años y hace 25 que renunció a la plaza de entrenador, no por gusto, sino porque habiendo ganado un campeonato recortaron las becas a los estudiantes atletas, algo que no toleró.
“Cortaron becas atléticas, eliminaron nueve pisos destinados a hospedaje de atletas en el edificio el Darlington y eso impedía que los estudiantes pobres pudieran tener ayuda y yo necesitaba darle aunque fuera una cama donde dormir. Me aceptaron la renuncia y ahora estoy como profesor”, dijo sin mencionar, por respeto el nombre del funcionario. “Ahora estoy esperando tener la edad para irme con 30 años”.
Cuando era entrenador lo que buscaba era “romper las marcas nacionales”. Fue entrenador de salto de Madeline de Jesús, quien estableció marca nacional al ser la primera mujer en saltar 6.86 metros. Otro campeón entrenado por él fue Rey Quiñones, primer atleta en saltar 8 metros en Puerto Rico. Otros atletas que destaca son Alex Cardona, Edgardo Blanco y Eduardo Ramírez
El secreto para ser el mejor es “trabajar bien duro con los atletas en la fase de entrenamiento. Pesas y saltos múltiples en temporada muerta. Esa etapa es la mejor etapa para cuando venga la etapa competitiva. Hay que trabajar los fundamentos en la etapa base proque sino hago una buena zapata no puedo poner las paredes porque se caen. Lo mismo pasa en el atletismo. Luego lo importante es trabajar la técnica a modo de repetición”.
Como es “buena gente” prefiere no gritar a los atletas y con algunos tiene una relación de amigo y padre “porque cuando se es gruñón la gente no escucha. La gente escucha cuando tu le das confianza. Si fuera gruñón estaría poniendo una distancia, yo trato de ser amigo primero. Yo hablo con entusiasmo porque creo que es importante y la gente no se acerca a los que se lamentan. Yo no grito ese es mi tono de voz”.
Actualmente Maisonave anda en una cruzada para levantar fondos para los atletas pobres que van al Colegio de Mayagüez.
“Poquito a poquito ya cuento como con 100 ex alumnos del Colegio y el Colegio de Ingenieros para levantar un fondo catastrófico por si alguno de ellos necesita dinero en caso de una enfermedad catastrófica. Dice que la cruzada es mucho más que levantar fondos. “Es dar de lo que el deporte me dio a mí, es dar de lo que a mi me dieron”, apuntó.
Maisonave, quien en el 2004 estuvo a punto de que le amputaran su pierna derecha luego que un carro le impactara en momentos en que se paró a recoger un perro herido no habría tenido problemas para correr el último tramo que conduce al pebetero de los XXI Juegos Centroamericanos.
“Yo estoy sanado completamente, además yo no sé cuando se harán otros juegos aquí y esto es una gran oportunidad para sentirse honrado y celebrar el cúmulo de los pequeños logros que uno ha hecho en su vida”
El destacado deportista, que ha sido exaltado a tres pabellones de la fama, como buen atleta sabe que el gozo está en competir.
“Reconozco que la persona que han seleccionado tiene sus méritos, yo no tengo problema alguno con eso. Papa Dios es el que está detrás de esto y tengo que aplaudir”.