Don Felipe: gestor cultural de vieja guardia
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- por Amanda Carmona Bosch
“A mí me gusta sembrar... Yo soy un agricultor...”, dice Don Felipe. Usa la metáfora perfecta del que tiene visión, perseverancia y amor a la tierra. !Quién en Mayagüez no conoce a Don Felipe!
Su sentido común, su iniciativa y la fuerza de sus convicciones lo han convertido en un ciudadano líder, comprometido con su historia, su lengua, su literatura, la independencia de su patria y la redención cultural de una ciudad que no puede olvidar las gestas públicas y privadas de sus extraordinarios conciudadanos del pasado.
Don Felipe Muñiz González dice presente. “Soy del barrio más pequeño y más pobre pero más bello y fresco de Mayagüez.”, el barrio Malezas en el cerro Las Mesas. Allí está él en pie de guerra contra el olvido, la apatía y el desaliento.
Como poeta y gestor cultural, entre sus iniciativas se encuentra la revista cultural y literaria, El Relicario, de la cual es su presidente. Estudiantes, escritores jóvenes, profesores, todos tienen la oportunidad de publicar en esta revista que luego sale por correo a varias ciudades europeas incluyendo Suecia, a Casa de Las Américas en Cuba, al Caribe y a Sur, Centro y Norte América. Este año celebra su decimoquinto aniversario gracias a la perseverancia de don Felipe y sus fieles colaboradores como el escritor Carmelo Rodríguez Torres, la Dra. Miriam González Hernández y Don Juan Mari Brás, entre otros.
Mayagüez se puede vanagloriar del precoz y brillante desarrollo de una vida cultural que cultivó el periodismo “razonador” escrito por pensadores, llegándose a publicar decenas de periódicos y varias revistas. Desde El Imparcial de Mayagüez de 1848, casi todos los periódicos mayagüezanos han tenido una sección literaria.
No faltaron poetas como Don Felipe que dirigieron revistas literarias como “La Revista Blanca”, “magazine literario ilustrado” de Don Riera Palmer. Existieron otras como “El Liceo”, o “El Álbum” de las señoritas, “La Idea” o la famosa revista anual que salía sólo en Nochebuena, “La Almojábana”, del matrimonio de la poetisa Doña Lola Rodríguez y su editor Don Bonocio Tió.
“El Relicario” es la continuación, contra viento y marea, de una tradición mayagüezana. Como ninguna otra publicación puertorriqueña, dedica una sección permanente a los escritos del ciudadano de América Don Eugenio María de Hostos. Y podemos encontrar en ella además de “la memoria histórica”, contribuciones de universitarios y hasta estudiantes de escuela superior de toda la isla, como los participantes del certamen de oratoria Eugenio María de Hostos de 2008 auspiciado por el Museo de Hostos.
Otra de las iniciativas de don Felipe fue tratar de rescatar la plaza del pueblo a la vida de pueblo, es decir, ese poder salir a un lugar agradable y sombreado de paseantes y enamorados, niños y abuelos. Ese lugar donde nos reunimos a chismear pero también a dialogar sobre nuestras lecturas o debatir los últimos acontecimientos de la política. La red social de los atardeceres y las noches calurosas cuando apagamos la televisión, la computadora y el celular.
En “el Mayagüez de antes”, el de mediados del siglo diecinueve hasta mediados del veinte, se tertuliaba en las plazas como en las boticas, el casino o la casa de huéspedes. Las plazas eran “ateneos al aire libre”. Se conversaba, y se argumentaba y se discutían los últimos eventos y las nuevas ideas. Bohemios, trasnochadores y conspiradores de alto vuelo intelectual expresaban sus opiniones y se debatía y se tomaban decisiones. No en balde la peña de don Alejo Bravo de 1920, se llamaba Cuarto de Reflexiones. Y a Mayagüez se le llamaba la Atenas del trópico.
En este sentido, Don Felipe ha contribuido al rescate de la bella Plaza de Colón organizando el Encuentro de Poetas todos los últimos viernes de mes. “Allí se recita, se canta, se conversa, se oye y se toca música”, en fin se vive la cultura hecha por nosotros mismos. Y quizás también se cocine la opinión pública como en antaño... acompañada en estos tiempos por la guitarra clásica del Dr. Josean López.
Pero nada de esto es suficiente para este poeta quijotesco, incansable sembrador de posibilidades e ingeniero de profesión, Don Felipe. Sus múltiples colaboraciones en proyectos importantes para la efervescencia cultural de una ciudad y el rango de país civilizado, le ganan el título de benefactor de las artes y la cultura.
Inició el Clásico de Ciclismo en homenaje a los fundadores de Mayagüez. Es Presidente del Centro Cultural Eugenio María de Hostos y Vice-presidente del Ateneo del Caribe, además de Asesor pro bono en el Comité de Ordenamiento territorial del Municipio de Mayagüez. Como gestor de proyectos comunitarios es Presidente del Comité pro desarrollo comunitario de Mayagüez con sede en el barrio Malezas Arriba y fundador de su Festival de Reyes en el año 1957.
Don Felipe es ejemplo del liderazgo que brota de nuestro pueblo. Esto es no esperar por nadie. Hagamos como don Felipe, no esperemos por nadie. Actuemos. Y en vez de quejarnos y criticar... Sembrar.
Revista Cultural y Literaria “El Relicario”, artículo de Juan Mari Brás