Lloran la muerte del Rey de la Plena
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- por Mariela Fullana Acosta *
La tristeza era evidente ayer entre la comunidad plenera del país tras la sorpresiva muerte del compositor, cantante y plenero mayagüezano Ángel Luis Torruellas.
Considerado como uno de los grandes maestros del folclor, Torruellas, de 79 años, murió por razones aún desconocidas en su hogar en Hatillo, donde vivía con su esposa Aida. Autor de un centenar de plenas, entre ellas “Julieta”, “Viejo Malecón”, “Yenyeré”, “Olvídalo” y “Camelia”, Torruellas le impartió un nuevo estilo a la plena, al tocarla más rápido. “Antes, toda la plena era lenta. Yo fui el que cambió el ritmo”, aseguró el maestro en una entrevista en el 2015.
Ángel Luis Torruellas, mayagüezanos de corazón, fue descubierto por Miguel Matamoros, músico cubano fundador del Trío Matamoros. Narraba el propio compositor que cuando tenía nueve años limpiaba botas en la Plaza de Colón, donde siempre andaba cargando con una pandereta que le regaló y le enseñó a tocar Francisco Clivillé. Una tarde apareció Matamoros por allí y al ver la pandereta le preguntó si cantaba. Torruellas le cantó y al siguiente día, Matamoros lo buscó a su hogar en Mayagüez, lo llevó a San Juan, le compró ropa, y lo trasladó a Cuba para que cantara en las emisoras Radio Progreso y CMQ. Fue allá donde conoció al famoso Benny Moré que lo nombró “El Rey de la Plena”, según contaba.
Luego de esa experiencia, y siendo todavía un niño, regresó a Mayagüez, donde Nelson Cortina lo reclutó para trabajar en la emisora WKJB, en el programa “Fiesta en el Batey”, donde compartió con figuras como Ramito y Ernestina Reyes “La Calandria”. Cuando tenía 11 años, el músico Claudio Ferrer le envió los pasajes para que se fuera a Nueva York, donde vivió hasta el 2007, cuando regresó a Puerto Rico.
En la Gran Manzana, Torruellas cantó para diversas agrupaciones y compuso temas que fueron interpretados por Cortijo y su Combo y la Orquesta Aragón de Cuba, entre muchos otros. Fue en la ciudad estadounidense donde también formó el grupo Los Reyes de la Plena junto a Ismael Santiago, llevando la plena puertorriqueña por toda América Latina. El músico cantó y tocó para diversas agrupaciones y se presentó en escenarios alrededor del mundo, incluyendo el Carnegie Hall, donde, según la Fundacional Nacional para la Cultura Popular, el público lo premió con varias ovaciones.
Sus últimos trabajos fueron con la agrupación Plena Libre, con quien colaboró en varias producciones discográficas. Gary Núñez, director del grupo, lloraba ayer la muerte del maestro, a quien catalogó como su guía.
“Él es uno de los grandes amores en los caminos de mi vida y de Plena Libre. Le grabé cerca de diez canciones de su repertorio, así que fue pieza fundamental del éxito grande o pequeño que podamos tener como grupo. Trabajar con él fue un privilegio”, expresó. “Cada vez que salía a los escenarios el público lo recibía con alegría porque Ángel Luis Torruellas tenía ángel y su música vivirá con nosotros, siempre”, agregó emocionado.
Tito Matos, del grupo Viento de Agua, recordó cuando lo conoció en la ciudad de Nueva York, donde también colaboró con los Pleneros de la 21. “No he parado de llorar porque Torruellas es un ícono para la plena y la música puertorriqueña. Es uno de los inmortales y uno de los compositores más prolíficos de la música tradicional. También como cantante fue increíble. La manera en que él interpretaba era única, tenía esa voz tan aguda, y hasta el final se quedó cantando igual. Cada vez que iba a entrar en el verso hacía un grito que lo distinguía” precisó Matos, quien invitó a todos los pleneros del país a celebrarlo y mantener vivo su legado.
Otro que se encontraba apenado por el fallecimiento de Torruellas, era Modesto Cepeda, quien destacó la humildad que distinguía al compositor, que aun siendo uno de los grandes, siempre sacaba de su tiempo para enseñar lo que sabía a los demás. “Para mí es uno de los más importantes de la vieja guardia. Siempre estuvo dispuesto a enseñarle a la gente con humildad y repartió su sabiduría sin esperar nada a cambio. Para mí y para muchos tiene un valor incalculable”, expresó. El plenero y director del grupo Terraplén, José “Pipo” Reyes, coincidió con Cepeda al decir que Torruellas fue una de las figuras más importantes de la plena. “Indudablemente, la figura más grande que teníamos entre nosotros, era don Ángel Luis Torruellas, a quien admiraba y respetaba profundamente”, dijo.
El cantante Emanuel Santana, que pertenece a la nueva generación de pleneros, también lloraba ayer la partida de Torruellas, a quien describió como su cantante favorito. “La comunidad de la plena y la bomba estamos bien dolidos y a mí me arde el corazón el haber perdido a mi cantante de plena favorito de los tiempos”, lamentó. “Para cantar plena hay que ponerle el corazón y tener pasión y él era muy apasionado. Su manera de interpretar, su voz potente, su presencia, porque él siempre llegaba bien vestido, con su gabán… Sin duda, hemos perdimos a una de las grandes voces de este país, a un tesoro nacional”, concluyó Santana.
Los restos del artista mayagüezano descansan en el Cementerio Municipal de Hatillo.
* Publicado en El Nuevo Día