A 99 años del terremoto los mayagüezanos luchan de nuevo por recuperarse de los estragos de María
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- por mayaguezsabeamango.com
En octubre de 2017 cuando se cumplen 99 años del devastador terremoto de San Fermín que destruyó 700 casas de mampostería; más de mil casas de madera y en el que perdieron la vida unas 116 personas, los mayagüezanos luchan de nuevo afanosamente por reponerse de los estragos de una tragedia reciente: el poderoso huracán María, cuyos daños en Mayagüez han sido estimados en más de 10 millones de dólares.
El fenómeno de categoría cuatro tocó tierra el 20 de septiembre y se mantuvo sobre suelo boricua por poco más de 24 horas dejando una estela de destrucción en todo Puerto Rico.
El día del aniversario de San Fermín, veintidós día después del azote de María, unas 100 personas de las cerca de 800 que fueron asistidas durante la emergencia seguían refugiadas en el Palacio de Recreación y Deporte.
En Mayagüez, la necesidad más apremiante era el agua y la comida. Para mitigar el hambre y la sed, el alcalde José Guillermo Rodríguez destinó cinco centros de distribución de alimentos en comunidades aisladas o que fueron afectadas donde se les proveen dos comidas calientes al día y suficientes suministros de agua potable.
Fue en la zona del Maní donde se reflejaron algunos de los daños más severos debido a que el mar entró hasta la carretera principal y socavó parte de la vía. Allí varias casas fueron arrastradas por el fuerte oleaje.
También se inundó el área de Santa Rosa de Lima, donde hubo casas afectadas por el viento. La carretera PR-354 sufrió daños al perder el puente y la carretera PR-106 tuvo daños considerables.
Los efectos de María se sintieron en toda la Isla, con mayores estragos en la zona este y el interior del país, donde algunas comunidades aún están prácticamente incomunicadas. Las zonas rurales de Mayagüez resultaron tremendamente afectadas.
Casi toda la Isla sigue sin servicio de energía eléctrica o de agua potable y las comunicaciones son limitadas, especialmente en aparatos celulares, ya que muchas de las antenas de compañías privadas sufrieron daños significativos.
A pesar de la desgracia los mayagüezanos están determinados a superar la tragedia como en otras instancias, pues la vida es lucha toda.
San Fermín 1918
Eran las diez y 14 minutos de la mañana del 11 de octubre de 1918 cuando comenzó en Mayagüez un terremoto de 7.5 en la escala Rossi-Forel, utilizada en ese tiempo para medir la intensidad sísmica.
El seísmo, conocido también como el terremoto de Puerto Rico de 1918, sacudió la costa de Mayagüez; el municipio de Aguadilla; originó un tsunami con olas de aproximadamente cinco pies de alto y es recordado como uno de los mayores desastres naturales que han afectado la isla. Las pérdidas económicas relacionadas con el desastre se estimaron en cuatro millones de dólares en daños a la propiedad.
Gestiones de los mayagüezanos ante la magnitud del desastre
El pueblo en general tenía una gran incertidumbre y creía difícil que Mayagüez pudiera reconstruirse. Entonces se creó The Western Porto Rico Rebuilding Association que comenzó una campaña para recaudar un millón de dólares para reconstruir las casas de los pobres y de las personas de escasos recursos.
El entonces senador Martín Travieso, el licenciado José Sabater y el periodista estadounidense Clarence Ferguson formaron la comisión que se trasladó a Nueva York para hacer gestiones de recaudación de fondos para la reconstrucción del pueblo.
La comisión consiguió que el entonces presidente de los Estados Unidos, Woodrow Wilson, se expresara a favor de la ayuda a Mayagüez. “Al recomendar la misión de estos caballeros, espero que nuestro pueblo no olvidará, la labor de nuestros conciudadanos de Puerto Rico durante la guerra, suministrando soldados, comprando bonos y otras ayudas a los Aliados. Están tratando de establecer un fondo para reconstruir los hogares de las víctimas, y podemos confiar que cualesquiera fondos que se les entreguen, serán administrados de la mejor manera posible”, leía en parte la carta del presidente Wilson.
La Comisión gestionó una muy productiva reunión con los magnates de las finanzas en Nueva York. En noviembre del año 1919 en una carta enviada a Antonio R. Barceló, el entonces comisionado residente en Washington, Félix Córdova Dávila daba cuenta de los resultados de esos encuentros. La campaña para recolectar un millón de dólares en favor de Puerto Rico había comenzado.
El ex presidente de los Estados Unidos William H. Taft encabezó los esfuerzos. En cuanto empezó la campaña se reunieron prontamente noventa mil dólares. Sin embargo, la comisión ordenó al depositario que los devolviera.
Ese año la cosecha de café fue “abundantísima” y como era un cultivo extendido entre todas las clases sociales “abundó el dinero y todas las clases, sin esperar la ayuda reconstruyeron a Mayagüez en un corto período de tiempo, demostrando una vez más que los mayagüezanos sabían luchar y triunfar contra las fatalidades y las adversidades”, según lo consigna un artículo publicado en la Historia de Mayagüez: 1760-1960, una publicación del Subcomité de la Historia de Mayagüez, constituido para la celebración del Bicentenario de la fundación de la ciudad, 1960.
Don Juan Rullán emprendió obra reconstrucción de Mayagüez
La reconstrucción de la ciudad de Mayagüez después del terremoto del 1918 se le atribuye a don Juan “Juanín” Rullán Rivera, un agricultor de grandes iniciativas que dirigió la administración municipal por doce años, durante el periodo de 1920 al 1932.
Rullán Rivera delineó un vasto programa de reconstrucción de edificios públicos, calles y servicios que habían quedado en ruinas con motivo del terrible seísmo.
El magnífico edificio de la alcaldía de Mayagüez fue construido por su Administración, edificio que se levanta como un homenaje a su memoria.
Emprendió la difícil labor de limpieza de los escombros del terremoto y reconstrucción total para que Mayagüez volviera a su vida normal de pueblo progresista.
Se le acreditan las obras del acueducto, en las cuales se invirtieron, el asfalto de todas las calles urbanas, le reconstrucción del hospital San Antonio y la instalación de la primera planta de filtración de aguas para consumo público en Puerto Rico.
Las desgracias naturales
El terremoto de San Fermín es solo uno de los desastres naturales que ha vivido la Sultana del Oeste.
Habían pasado ochentaiún años desde su fundación, el 18 de septiembre de 1760, cuando el Fuego Grande arrasó a la ciudad, destruyendo 300 de las 500 casas que tenía, el 30 de enero de 1841. “De este terrible golpe Mayagüez se levantó, milagrosamente, en poco tiempo y con más fuerzas”, reconoce el historiador Fernando Bayrón Toro.
Catorce años después, en 1855, la epidemia del Cólera Morbo provocó la muerte de 1,569 mayagüezanos o un 7.5 por ciento de la población. El doctor Ramón Emeterio Betances se jugó la vida por los campos y calles de Mayagüez atendiendo principalmente a pobres y esclavos. Mayagüez se enfrentó a esta gran calamidad construyendo hospitalitos y cementerios especiales, y unos años más tarde el Hospital San Antonio, el hospital público en uso continuo más antiguo de Puerto Rico.
Luego fue el demoledor terremoto de San Fermín que además de lasa muertes y los heridos ocasionó la destrucción de 700 casas y de importantes edificios públicos de la ciudad como la Iglesia, la Alcaldía y el Federico Degetau, el primer edificio del Colegio de Agricultura y Artes Mecánicas, del cual quedó solo su emblemático Pórtico.
Otros momentos difíciles para la Sultana del Oeste fueron El Fuego del Teatro Yagüez (1919), las inundaciones del Río Yagüez en décadas pasadas y los huracanes Eloísa, Georges y María.
Preparados para otro terremoto
En el año 2006 Mayagüez se convirtió en la primera ciudad en estar preparada para un tsunami. El esfuerzo fue coordinado con la Red Sísmica de Puerto Rico, la Administración Nacional Oceanográfica de Estados Unidos (NOA) y la Administración Municipal de Mayagüez. Allí se instaló también la primera sirena que dará la señal para el desalojo de las áreas costeras en caso de que ocurra un terremoto como el de 1918.
A pesar de que Puerto Rico está cada vez más preparado para estos fenómenos, todavía falta más organización a nivel gubernamental, más capacidad en nuestros sistemas de detección y alerta, y también a nivel personal.
“El peligro de un terremoto y tsunami en Puerto Rico es real, puede ocurrir en cualquier momento. El terremoto de 1918 es sólo uno de los tantos que han ocurrido en el pasado y uno de los tantos que podrían ocurrir en el futuro”, destaca Christa Von Hillebrandt, directora del Centro de Tsunamis del Caribe.
Aunque es muy difícil calcular la recurrencia de un terremoto como el de San Fermín, las estadísticas recopiladas, en la región del Caribe sugieren que se esperan dos veces por siglo, “uno más o menos cada 50 años”.
La administración del alcalde Rodríguez ha emprendido las labores de reconstrucción de la ciudad con el mismo ímpetu que sus antecesores. Mayagüez está en pie de lucha sin esperar por otros.
Ya algunas áreas del casco urbano cuentan con servicio de energía eléctrica y de agua potable. Ahora esperan por la autorización de la Autoridad de los Puertos para comenzar a utilizar el Puerto Sila M. Calderón de Mayagüez para acercar mayor cantidad de suministros a toda la zona Oeste.