Vuelta al Barrio de La Chorra
- Detalles
- por Carla Minet
En 1985 comenzó la rumba en La Chorra, uno de los sectores pobres del amplio Barrio La Salud de Mayagüez. Los vecinos se comenzaron a reunir cada vez con más frecuencia para despojarse con la bomba y la plena de esquina; las de siempre, las auténticas.
Se cuenta que un tal Ché les enseñó a tocar los cueros a unos cuantos, y de ahí p’acá, la tradición ha seguido. Esos encuentros fortuitos dieron paso, hace ya tres años, desde el 2008, al Fiestón Vuelta al Barrio, promovido por la Asociación Recreativa de La Chorra. Se trata de un bembé que conserva ese sentido espontáneo de los encuentros vecinales, a la vez que tiene la aspiración de congregar a nuevas gentes, vecinos de otros barrios aledaños, y sobretodo, reunir nuevamente a los que vivieron en La Chorra, pero ya no residen en sus desvencijados callejones.
Los hijos pródigos de La Chorra vuelven, y entre ellos hay personalidades de la televisión como la telereportera Keyla Hernández, que creció en esas calles donde su abuela vivía, los hermanos Nieves, que andaban descalzos por todo aquello, y familias que ahora tienen una excusa perfecta para regresar a su barrio desde los Estados Unidos, para reunirse con su gente y escapársele a la diáspora.
Junto al líder comunitario Orlando Serrano, el artista gráfico mayagüezano Giovanni Ruiz, de La Chorra, fue uno de los artífices de la iniciativa cultural. Dice que cuando era pequeño, él aprendió de la rumba en el barrio, “por la ventana de la cocina de mi abuela, veía a Ché tocando conga. Hasta que me decidí a pedirle que me enseñara a tocar”. Así fue como Ché y otros rumberos enseñaron a tocar a muchos de los jóvenes, y se improvisaban descargas de manera espontánea. “Hacíamos sancocho, lechoncito, la gente se entusiasmó. Los fines de semana, los rumberos nos reuníamos”. El deseo de rescatar esta dinámica fue lo que les llevó hace tres años a establecer el Fiestón Vuelta al Barrio.
En el festín, los vecinos de La Chorra se esmeran, montan su tarima, cocinan entre sí para todos los invitados, (por supuesto no falta el lechón y arroz con gandules) preparan un homenaje, actos musicales y protocolares, y siguen dejando un espacio para aquella rumba de esquina que fue origen del fiestón que ahora disfrutan muchos. Planifican el evento con seis meses de anticipación.
Hacen taller de volantines, tienen algodón y casa de brincos para los niños, payasos, rifas, además de un palo encebao que sólo las mujeres del barrio se atreven a trepar. Es una actividad producto de la autogestión comunitaria.
Y es que La Chorra tiene muchas razones para desarrollar estas iniciativas. Problemas de drogas, viviendas deshabitadas, caminos sin asfaltar, y pobreza, mucha pobreza. Además, el barrio tiene herido su orgullo desde hace unos años, cuando el manantial natural que le daba nombre se secó. El agua, tan importante para la ciudad de Mayagüez, que los vecinos venían a buscar para consumir diariamente, ya no está donde siempre estuvo. Ahora sólo hay pedregal y matojales.
Cuando la gente se asentó allí en la década de los 1940 no había agua potable. Mientras, un tanque de agua de manantial de la procesadora Agua La Mineral, propiedad de Gilberto Rodríguez, alias El Jeque, se desbordaba de agua. La sabiduría vecinal se impuso. Un residente, de nombre Bolo Valverdi, El Bombero, instaló junto a un grupo de residentes un tubo que bajaba del tanque de agua. Y así la gente del barrio tuvo su chorro de agua por vez primera. Al sector, se le denominó desde entonces La Chorra.
Pero el chorro se secó y hoy ya solo queda el tubo, sin agua. Esto, a causa de la remoción de terrenos que se hizo hace casi 8 años con fondos del Fideicomiso de Comunidades Especiales, con la promesa de rehabilitar el vecindario y construir nuevas casas. Al hacerse el estudio de suelos, se encontraron muchas corrientes subterráneas y se desistió de realizar el proyecto. Nunca se construyeron nuevas viviendas, ni se rehabilitaron las residencias de La Chorra. Solo unas pocas fueron apenas remozadas.
Aún frente a estas adversidades, la comunidad está llena de entusiasmo, que entre otros foros, se manifiesta en las páginas de Facebook Soy de La Chorra y a orgullo lo digo y Vecinos, Amigos y Familiares de La Chorra en Mayagüez. Los hijos ausentes de La Chorra se comunican por ahí y se mantienen en contacto, recordando buenos tiempos y planificando sus próximos encuentros. El grupo comunitario articula alianzas con la Facultad de Derecho Eugenio María de Hostos y el Consejo de Residentes de la Comunidad Barrio Salud. Involucran a los jóvenes y niños pintando murales por las desvencijadas calles, para embellecer el entorno.
En el Fiestón la Vuelta al Barrio de La Chorra, la cita es en febrero. Póngalo en agenda para que no se lo pierda.