Colapso en la generación de energía: antesala para justificar su privatización
- Detalles
- por mayaguezsabeamango.com
La legislatura puertorriqueña debe fiscalizar el manejo administrativo de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), responsable de la generación de la electricidad que consumen sobre tres millones de puertorriqueños, y que acaba de admitir que no tiene la capacidad para suplir la demanda energética de la isla.
“Es necesario que la legislatura incremente la atención y fiscalización urgente en este momento de emergencia”, sostuvo el ejecutivo municipal de Mayagüez, José Guillermo Rodríguez en declaraciones escritas.
Rodríguez, quien asegura que el “colapso” de la generación de energía es “la antesala para justificar su privatización” denunció que la microred ubicada en la zona portuaria de la Sultana del oeste “ha sido abandonada y opera (a un) 1/3 de su capacidad”.
“Esto es sumamente preocupante y parece ser la excusa y el preámbulo para que la mayoría del pueblo pida la privatización completa del sistema”, sentenció Rodríguez.
Mayagüez único pueblo con una microred eléctrica
Mayagüez es el único municipio en el país que cuenta con una microred eléctrica permanente que permite operar con autonomía durante eventos extremos. Se trata de una planta generadora con gas, situada en la zona portuaria, que envía la electricidad por líneas soterradas hasta el casco urbano. Desde esa red de transmisión salen cables conectados a postes que distribuyen energía a casas, comercios y áreas públicas.
A petición del alcalde Rodríguez, el sistema fue diseñado con la colaboración de la administración municipal, la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) y el gobierno central hace 20 años, después de que el huracán Georges dejara el pueblo a oscuras. En aquel momento no se hablaba de pequeñas redes ni de resiliencia, pero la necesidad les indicó el modelo. Y, cuando llegó María, les funcionó.
Entre las ventajas del sistema mayagüezano destaca que como se genera la energía cerca de los puntos de consumo, las líneas de distribución de esta red se reparan más rápido en caso de que un evento extremo las dañe, mientras que las líneas de transmisión soterradas son más difíciles de destruir por los vientos, lo que hace este tipo de sistema idóneo para un escenario de cambio climático, con huracanes más frecuentes e intensos.
De hecho, cuatro días después del paso del devastador huracán María, el 17 de septiembre de 2017, el pueblo de Mayagüez tenía electricidad en el casco urbano y contaba con dos hospitales totalmente energizados.
Viejo empeño por privatizar
Rodríguez recordó “el empeño del Estado” por privatizar la corporación pública que energizó a Puerto Rico hace más de 60 años. “Comenzaron las excusas, incluyendo presentaciones en las que se unieron cadenas y medios prestigiosos del país, vendiendo la idea al pueblo de lo apremiante y urgente que era privatizar la AEE”, insistió.
Con el tiempo, dijo, “se aceleró el abandono al mantenimiento, se canceló una academia graduada de celadores y de brigadas de desganche ya adiestrados, cuando entró la administración de Luis Fortuño, hasta dejar caer poco a poco la Autoridad, hasta que se tomó la determinación de privatizar la transmisión y distribución de la energía”.
“Ahora, la excusa es, que la compañía privatizadora tiene poca y escasa energía que distribuir pues han salido del sistema principales plantas generadoras, lo que ha provocado apagones selectivos que tanto afectan al pueblo y que son detrimentales para la recuperación económica que urgentemente necesita el país”, acotó el alcalde.
Recordó que “la AEE no tiene en este momento el personal, ni se le han asignado los recursos necesarios, para estabilizar la generación, especialmente en medio de la temporada pico de huracanes”.
Luma: sin experiencia y sin transparencia
El gobierno de Puerto Rico privatizó la parte más lucrativa de la producción en un acuerdo que favorece los intereses privados de Luma en detrimento del pueblo que ha sufrido los apagones constantes, su falta de experiencia y los aumentos en las facturas de luz.
En junio pasado la compañía Luma Energy, una empresa canadiense-estadounidense, sin ninguna experiencia en el ámbito de la producción ni transmisión energética asumió, mediante jugoso contrato, la transmisión de la energía que genera la AEE.
Solo en los primeros meses de operación —que comenzó el 1 de junio y se extenderá por al menos 15 años—, la empresa se ha negado a compartir información sobre salarios de sus ejecutivos, cantidad de celadores contratados de la AEE, sobre quién recae la ejecución de un plan de emergencia y el inventario de materiales con los que cuenta para responder a un evento de gran escala, como un huracán.
La polémica ha seguido a la empresa desde que se dio su contratación el 22 de junio de 2020 “en cuartos oscuros”, según concluido por el representante Luis Raúl Torres Cruz, tras un extenso proceso de vistas públicas para examinar el acuerdo.
Además, la Comisión de Desarrollo, Planificación, Telecomunicaciones, Alianzas Público-Privadas y Energía de la Cámara de Representantes, que preside, ha solicitado información variada a la empresa que no ha sido entregada, su director ejecutivo, Wayne Stensby, ha ignorado incluso las determinaciones de los tribunales.
Luma Energy opera bajo el concepto de Alianza Público Privada y se nutre de fondos públicos. Hace varias semanas, por ejemplo, solicitó al Negociado de Energía que la investigación sobre el fuego en la subestación de Monacillos, evento ocurrido a mediados de junio que dejó a miles sin servicio, se mantuviera confidencial.
Luma está conformado por tres empresas: ATCO, una compañía canadiense de utilidades y construcción; Quanta Services, una compañía estadounidense de construcción de infraestructura; y IEM, compañía experta en el manejo de fondos federales.