Una misa y una ofrenda floral marcan el inicio del aniversario 261 de la fundación de Mayagüez
- Detalles
- por mayaguezsabeamango.com
La pandemia del letal virus Covid-19 que azota a Puerto Rico ha impedido, por segundo año consecutivo, que los mayagüezanos celebren como de costumbre el aniversario de su fundación, el 18 de septiembre de 1760.
Las actividades socioculturales que de ordinario produce la administración municipal para conmemorar la importante fecha han sido pospuestas debido al agobio general por el aumento en los casos de Covid-19.
Por segunda ocasión en veintiocho años solo se ha celebrado la misa en honor a los fundadores en la catedral Nuestra Señora de la Candelaria y la colocación de una ofrenda floral en el monumento a los fundadores en la Plaza de Colón, el domingo 12 de septiembre de 2021.
La historiadora mayagüezana Silvia Aguiló, leyó un breve mensaje escrito para la ocasión ante un grupo reducido que cumplió con el protocolo sanitario impuesto por la pandemia.
La también fundadora de la Incubadora de Industrias Creativas de Mayagüez hizo un recuento histórico de la evolución económica, social y cultural que se produjo tras la fundación del pueblo. Un pueblo que ha tenido que enfrentar varios fuegos que casi destruyen la ciudad, terremotos e inundaciones, que a pesar de lo cual ha salido airosa.
“La creatividad y la innovación parece que han sido rasgos distintivos colectivos de nuestra comunidad desde hace más de cien años. Además de construir el primer acueducto de Puerto Rico, en 1872 Mayagüez también estableció el primer tranvía de fuerza animal en la Isla. Esta inclinación colectiva hacia proyectos de vanguardia y tecnología hoy sigue siendo un rasgo fácilmente reconocible de nuestra comunidad como ciudad universitaria de excelencia”, destaca en su discurso.
El ambiente de progreso e innovación que imperó durante el siglo 19 en Mayagüez, dice Aguiló, “se complementó muy bien con el liberalismo ideológico y cultural que nos distinguió incluso en épocas en que España nos gobernaba con mano dura, y esa responsabilidad de valernos por nosotros mismos a nivel colectivo aún impera”.
“Nuestro puerto nos abrió al mundo y nos hizo tolerantes y cosmopolitas. La Zona Portuaria Tradicional era un microcosmos de diversas culturas y naciones. Allí el Censo de 1844 ya se reflejaba una gran diversidad y fusión de extranjeros que con el tiempo pasaron todos a ser simplemente mayagüezanos”, subrayó la gestora cultural.
Aguiló recuerda que “ese liberalismo se facilitaba además por la distancia entre Mayagüez y la capital en San Juan donde estaba concentrado el gobierno y la milicia. Todos estos factores hicieron el lugar idóneo para dar rienda suelta al intelecto de las más grandes figuras de la sociedad puertorriqueña del siglo 19”.
El doctor Ramón Emeterio Betances, Lola Rodríguez de Tió, Segundo Ruiz Belvis y Eugenio María de Hostos son sólo los intelectuales más destacados, entre muchos otros, que prestigian los salones culturales y literarios de Mayagüez, en un clima de liberalismo político y social ejemplar.
En la Iglesia de la Candelaria, poniendo la acción junto a la palabra del abolicionismo, Betances y Ruiz Belvis practicaron la manumisión en la pila de las aguas bautismales, para hacer de los niños esclavos, hombres libres.
Un pueblo con nombre taíno
También explicó el origen del nombre taíno del pueblo, su significado y el vínculo entre el agua y el fuego. Aunque el nombre oficial del pueblo fue Nuestra Señora de la Candelaria, la costumbre pueblerina de referirse al lugar como “en la rivera del Mayagüez” acabó por imponerse con el nombre taíno relativo a las aguas del río.
“Sin duda, Mayagüez es agua y fuego… a través de nuestra historia hemos enfrentado abundancia y destrucción con tesón, resiliencia y fortaleza, nuestro carácter colectivo como un precioso metal se ha forjado con agua y fuego”, concluyó.
Con copia del documento fundacional
Aunque los mayagüezanos celebraron siempre la fundación del pueblo los 18 de septiembre, no es hasta hace unos años que el asunto quedó aclarado. Fue el historiador Fernando Bayrón Toro quien encontró en los archivos históricos de Puerto Rico el expediente de fundación de Mayagüez. El documento constitucional, firmado el 29 de mayo de 1837 confirma que el pueblo se fundó hace 261 años, el 18 de septiembre de 1760.
El documento reconfirma que Faustino Martínez de Matos, Juan De Aponte y Juan De Silva fueron los fundadores y que Esteban Irizarry donó los terrenos de la iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria que se erigió tres años después de la fundación del pueblo, en 1763. Vecinos y funcionarios gubernamentales también participaron en el proceso fundacional.
El interés del historiador Fernando Bayrón Toro le permitió, después de años de investigación, dar con el documento original en el Archivo Histórico de Mayagüez. En el 2016 publicó su libro Expediente de la Fundación de Mayagüez (1760), glosado por el autor.
La fundación
La iniciativa ciudadana de hace 261 años tuvo mucho de un acto de fe en las posibilidades del lugar, por cuanto se le impuso la condición de que las gestiones quedaran completadas en el brevísimo plazo de dos años y que los solicitantes asumieran, además, los emolumentos del señor cura y el sacristán.
La aventura tenía un precio altísimo, si no se lograba la totalidad de lo comprometido, garantizarían el éxito de la empresa con sus patrimonios. También tuvieron que salvar el escollo de un pleito incoado por Añasco, que reclamaba que se le quitaba parte de su territorio para la fundación del nuevo poblado.
1898 tranvía y red telefónica
A la llegada de las tropas de Estados Unidos en 1898, ya la ciudad se había ganado el título real de “Excelencia”, por un progreso que ya incluía el mejor mercado público del país, un asilo de pobres, un tranvía desde la ciudad hasta el barrio Guanajibo y el comienzo de una red telefónica.
La ciudad se enorgullecía de tener el índice de alfabetización más alto de todo el país. Tal era su situación general que, en 1899, el New York Times describe a Mayagüez como una de las ciudades más ricas y de mejor apariencia en Puerto Rico.