En pie de lucha comunidades marginadas de Mayagüez
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- por mayaguezsabeamango.com
El veterano líder comunitario Orlando Serrano, quien preside interinamente el Consejo Vecinal del barrio Salud de Mayagüez, no ha parado de hacer gestiones para ayudar a los miembros de su comunidad y de otras que han sufrido pérdidas de todo tipo tras el paso del huracán Fiona, el 18 de septiembre pasado. Sin embargo, ahora le preocupa más la gentrificación de los barrios pobres, que los efectos del temporal.
El huracán categoría uno que a su salida de la isla toco tierra en Cabo Rojo provocó crecidas históricas de los Ríos Guanajibo y Grande de Añasco y afectó a miles de familias. Aquí, los daños mayores fueron provocados por las copiosas lluvias y las inundaciones que dejó a su paso el temporal.
Aunque reconoce que en su comunidad en el barrio Salud no ha habido tanta necesidad como en otros sectores del pueblo “hay varias personas sin techo” a las que se le consiguieron los materiales para su instalación a través de una asignación económica del club Rotario Internacional, que él gestionó, como miembro honorario de la organización en Mayagüez.
Actualmente, atiende un caso en Buena Vista, donde repararán el baño de una casa “que parece que el agua socavó los cimientos”. “Eso es lo más grave porque a los cinco días del paso del huracán ya teníamos luz”.
No a la gentrificación
En medio del zafarrancho provocado por Fiona, Serrano se reunió, hace unos días, con el alcalde interino Jorge Ramos Ruiz y otros líderes comunitarios. En el encuentro también estaba el principal oficial ejecutivo del conglomerado GFR Media, Pedro Zorrilla y con ejecutivos de la firma de seguros MCS, a quienes no pudo identificar.
Los ejecutivos, se han reunido con alcaldes y alcaldesas de las regiones afectadas por el huracán Fiona, como Salinas, Ponce, Yauco, Sabana Grande, Cabo Rojo y Mayagüez, “para identificar los casos más apremiantes y unir voluntades para ayudar a damnificados del temporal”.
Serrano aprovechó el encuentro para denunciar “que el propio gobierno le pone obstáculos a las comunidades organizadas que no dependen del municipio”.
Les advirtió que no reciben ayuda “para pagar el seguro ni nos ayudan para el seguro de responsabilidad pública, eso sale del bolsillo de nosotros”. Se refiere a los gastos de un centro de usos múltiples que la comunidad administra desde hace 40 años.
Los ejecutivos allí reunidos, según dijo a mayaguezsabeamango.com, “buscaban información de las comunidades”. “Hablan de que hay que sacar los focos de pobreza”.
“Ellos no dijeron qué tipo de ayuda nos iban a dar. Querían saber nuestras prioridades. Se les dijo de las viviendas abandonadas y afloró la posibilidad de derribarlas, pero el alcalde dijo que eso no se puede tumbar de la noche a la mañana”, detalló.
Según dijo, actualmente el municipio trabaja en un inventario de casas abandonadas para confirmar cuales se pueden expropiar.
“En el barrio Salud y Buena Vista, hay muchas residencias abandonadas y en todos los barrios pobres deben darle la oportunidad para que los que colindan con esas comunidades las puedan adquirir”, sugirió en la reunión.
A los residentes de esas comunidades Serrano les ha pedido que se movilicen. “Les recomendé que escriban al alcalde para qué si van a vender esas propiedades, que no le den la primera opción a la gente de Estados Unidos que las quieren para negociar con ellas. Eso es todo”, sentenció.
Serrano recordó la advertencia que le hicieron líderes comunitarios de otros pueblos del suroeste del país que han sido testigos de movidas similares en algunas de sus comunidades.
“A mí me preocupa mucho, que es algo de lo que me enteré en Ponce, que la alcaldesa Mayita (Meléndez), derrotada ya, y el de San Germán, Isidro Negrón contrataron una empresa de bienes raíces que iba a evaluar las propiedades abandonadas en esos pueblos para proceder con la identificación de los dueños para expropiarlas y venderlas al mejor postor y nosotros no queremos que eso pase aquí”, subrayó.
Por los líderes comunitarios ponceños también se enteró “que no se le consultó a la comunidad que prefiere que les cedan a ellos los terrenos o se los vendan a precios razonables para uso de los miembros de la comunidad”.
De hecho, ese asomo de gentrificación fue planteado por Serrano en una reunión reciente en el Centro Cultural de Mayagüez, donde se enteró que el municipio había contratado a una empresa para hacer un inventario de propiedades abandonadas.
Aunque sugiere que los socios de la empresa que contrató el municipio “son más cuidadosos y supuestamente es una organización sin fin de lucro” es consciente de lo que podría pasar.
Qué es la gentrificación
El término gentrificación se ha hispanizado del inglés “gentrification”, acuñado desde 1964 por la socióloga británica Ruth Glass que lo creó para denominar las alteraciones del mercado de la vivienda. No importa el idioma, las implicaciones son las mismas, un desplazamiento paulatino de los vecinos empobrecidos del barrio por otros de un nivel social y económico más alto.
Para impedir la gentrificación en Mayagüez, Serrano apuesta por que se replique el modelo que ha utilizado otros países: recuperar las calles y los barrios de las ciudades y decantarse por un modelo mucho más sostenible, incentivando la autogestión energética, apoyando al pequeño comercio de barrio, por el desarrollo comunitario y la participación ciudadana para crear modelos diferentes de ciudades y de sociedad.
Una asignatura pendiente
Serrano trabaja a toda marcha para poner en orden los papeles del Centro de Servicios Múltiples de la comunidad del barrio Salud, que antes de la reforma de salud en los años 90, era un dispensario y que ahora se usa para dar talleres de temas diversos, actividades organizadas por miembros de la comunidad y como un centro de ayuda en caso de emergencia.
Sin embargo, uno de los primeros escoyos que ha encontrado es que el Centro de Recaudación de Ingresos Municipales (CRIM) le notificó que el inmueble tiene una deuda pendiente de pago.
“Me dijo que teníamos una deuda de 60 mil dólares y yo le dije que eso no valía la propiedad. Nos bajaron a cinco mil dólares con un plan de pago, pero no me dan el certificado”.
Así las cosas, el líder comunitario no puede comenzar la restauración del único centro comunal que usa energía solar en todo el pueblo, porque “hasta que no pague los cinco mil dólares no me dan la certificación de exención contributiva. Ni siquiera puedo sacar un permiso de uso porque la propiedad tiene que estar exenta de contribución”, explicó.
Para ello ha pedido ayuda al ayuntamiento. “Le solicité al municipio, mediante carta, que le escribiera una carta al CRIM, porque nosotros hemos sido una junta para ayudar a la comunidad y que ese edificio siempre se ha utilizado para ayudar a la comunidad desde hace más de 40 años”, puntualizó.
Serano asegura que el alcalde interino le pidió al CRIM, “que tomaran en consideración los fines para los que se ha sido usado el inmueble durante más de cuatro décadas.
“Yo me di cuenta (de la deuda) porque hice una propuesta para arreglar el local y ahí salió el chichón, porque para hacer la propuesta me exigieron un certificado de no deuda con el CRIM y ahí me trancaron el bolo. No pude hacer la propuesta y estamos trancaos”, lamentó.
Al asumir la presidencia interina del Consejo de Residentes, Serrano se topó con otro tropiezo que ahora intenta resolver.
“Me encontré con un problema porque los directivos anteriores nunca inscribieron la propiedad a nombre del Consejo de Residentes del Barrio Salud”, lo que supone que no puede adelantar los trabajos de rehabilitación y reacondicionamiento del inmueble.
Además, tienen que resolver quién es el dueño del espacio.
Serrano recuerda que el centro fue uno de los proyectos que la entonces gobernadora Sila María Calderón incluyó en la lista de proyectos para las comunidades especiales. Una iniciativa a la que le asignó mil millones de dólares. “El problema es que cuando Sila se le dieron al Departamento de Obras Públicas estatal”, puntualizó.
El también gestor cultural asegura que ha hecho una investigación “porque cuando fui a solicitar permisos, me encuentro con el problema de que el contrato que hizo el gobierno con el Municipio es inválido”.
“Servicios legales determinó que el contrato que hizo el municipio es inválido porque no es propiedad suya, el terreno es del municipio, pero la estructura no”, afirmó.
“La pregunta que me hago es, con qué chavos compró el municipio ese terreno, quizás fue dinero de los mil millones de comunidades especiales. Ahora están haciendo una investigación para ver si Departamento de Obras Públicas firma el documento de cesión al municipio de Mayagüez”, acotó.
Una escuela de corte y confección comunitaria
Su gran frustración es que tiene las manos atadas. “No puedo hacer nada. Tengo una demanda de una persona a quien le cedimos el edificio para hacer una actividad, se cayó y ahora está demandándonos, una deuda heredada con el CRIM de cinco mil dólares y sin permisos para echar hacia adelante la reparación de nuestro centro comunal. Yo estoy a punto de rajarme, no lo he hecho porque a mí me tienen que matar en la raya”.
Las gestiones en torno al centro comunal tienen el propósito, entre otras cosas, de retomar un proyecto de autogestión que el huracán Fiona interrumpió. Se trata de la creación de una pequeña escuela de corte y confección “para sacar a las mujeres de la comunidad de sus casas y ponerlas a producir algo que se pueda vender para sacar dinero para poder pagar la luz, el agua, la comida y los medicamentos”.
El proyecto requiere habilitar el local y comprar máquinas de coser nuevas.
De hecho, algunas de las propuestas de Serrano han sido muy exitosas, entre ellas una que sometió a la Arizona State University, hace ya cinco años. A través de profesores de ingeniería eléctrica que tienen vínculos con profesores del Colegio de Mayagüez (CAAM) les propuso que se le pusieran placas solares al centro.
“Después del huracán María logré acceso a esos profesores de Arizona y seis meses después me llaman para decirme que vendrían para colocar placas solares como un proyecto experimental. Contrataron a una compañía puertorriqueña para instalar las placas que son diferentes a las convencionales. Las puedes enrollar y las guardas si viene un temporal. Cuando pasa el temporal las pones. Eso hicimos y ya lo tenemos aquí en el centro cultural de la salud, el único centro que tiene luz solar”, puntualizó.
El sistema solar instalado les permite utilizar un acondicionador de aire de alta eficiencia, pero les obliga a cambiar las luces porque no recomiendan el uso de luces incandescentes. “He ido cambiando las luces por led, pero nos falta dinero para eso”, afirmó.
Ahora, espera que la gente de GFR Media cumpla su compromiso que hizo en la reunión que tuvieron en Mayagüez de ayudarles con el Centro de Servicios Múltiples del Barrio Salud, sector Mineral. A ver si llega pronto la ayuda.