Junta de Planificación acelera la revisión de los mapas de áreas inundables
A partir de las históricas lluvias del huracán Fiona, la Junta de Planificación (JP) decidió acelerar la actualización de los mapas de zonas susceptibles a inundaciones en Puerto Rico, un trámite que ya había iniciado, a finales del año pasado, como parte de una revisión recurrente.
“Definitivamente, la respuesta es sí. Con Fiona, se abrió una oportunidad para decirle a FEMA (Agencia Federal para el Manejo de Emergencias) que necesitamos una actualización de los mapas a la luz de lo que pasó”, dijo a El Nuevo Día el presidente de la JP, Julio Lassús.
Contó que, tras la solicitud de revisión de finales de 2021, “las conversaciones con FEMA comenzaron en enero” pasado y ha habido reuniones desde entonces, “pero se trata de un proceso extenso”.
“Cada vez que hay lluvias históricas, como en este caso con Fiona, es el mejor momento para recopilar información de campo y calibrar los modelos que dan base a los mapas de inundación. Es un asunto continuo y recurrente, pero ahora se hace más apremiante que los mapas se actualicen de manera más rápida, y las conversaciones con FEMA van dirigidas a darle agilidad al proceso”, recalcó.
Según el informe preliminar del Servicio Nacional de Meteorología sobre los efectos directos de Fiona en Puerto Rico, la acumulación máxima de lluvia fue en Marueño, en Ponce, con 32.40 pulgadas. Establece que hubo inundaciones catastróficas a causa de las lluvias, que carreteras quedaron intransitables y que se hicieron miles de rescates en, al menos, 25 municipios. Las inundaciones más severas fueron en El Coquí, Playa y La Playita, en Salinas. Con estos y otros datos, el Colegio de Ingenieros y Agrimensores de Puerto Rico recomendó, el 6 de octubre, que la JP revisara y actualizara los mapas.
Como coordinadora estatal del Programa Nacional de Seguro contra Inundación, la JP es la encargada de obtener los “datos técnicos” sobre zonas susceptibles a inundaciones y brindárselos a FEMA para la actualización de los mapas, que se acogen y adoptan luego del debido proceso de participación pública.
Tras Fiona, la JP sometió a la Administración de Servicios Generales (ASG) tres propuestas para la contratación de inspectores –suelen ser ingenieros– que identifiquen daños sustanciales y marcas de agua en estructuras. Las propuestas oscilan entre $8 millones y $12 millones, y se basan en un estimado de inspección de 35,000 estructuras. Se costearían con el Fondo de Emergencia del gobierno.
¿Cuándo estarían listos los nuevos mapas?, preguntó El Nuevo Día. Lassús respondió: “Esperamos que lo más pronto posible, pero no puedo dar una fecha porque dependemos de otros factores, como las decisiones de FEMA y ASG”.
Mencionó, por otro lado, que la ciudadanía tiene disponible la herramienta “Reporta tu inundación”, en el portal de la JP, para documentar incidencias relacionadas con Fiona u otros eventos. La herramienta permite, por ejemplo, subir fotos y precisar cuánto subió el agua en una inundación. “Todo eso nos ayuda a calibrar los mapas”, dijo.
“Ya hemos visto este evento (Fiona) como una de las inundaciones más marcadas en la historia reciente de Puerto Rico, y es necesario que se pueda salir a hacer las inspecciones y que eso (propuestas ante la ASG) se pueda aprobar, porque nos dará la información que necesitamos para actualizar los mapas. Es prematuro, pero razonable pensar que más propiedades se unirán (a la lista de susceptibles a inundaciones)”, expuso Lassús.
Señaló que, luego del huracán María en 2017, los mapas se actualizaron. El trámite tardó casi dos años y, al final, se sumaron 78,574 nuevas estructuras como susceptibles a inundaciones.
“Planificación participativa”
De otra parte, Lassús informó que la JP obtuvo dos subvenciones (“grants”) de fondos federales para desarrollar iniciativas que “involucren más” a los municipios y la ciudadanía en futuras revisiones de los mapas de inundación.
La primera iniciativa es un programa de orientación a empleados municipales sobre cómo colectar datos de inundaciones. Se estableció un proyecto piloto en los nueve pueblos de las cuencas hidrográficas de los ríos Grande de Añasco y Yagüez, en el oeste, y la primera reunión de trabajo fue el jueves.
“Cuando ocurren desastres, el punto más certero para esta información son los municipios. Como parte del proyecto piloto, vamos a adiestrarlos sobre cómo obtener la información y hacérnosla llegar. Queremos tenerlos como punto de contacto; que sean los ojos del gobierno”, dijo.
La segunda iniciativa consiste en un “plan estratégico” y un “plan programático” para la “planificación participativa” en la promulgación de los mapas de inundación y que “las comunidades se empoderen del proceso”, indicó Lassús.
“Se identifican cuáles son las partes interesadas y los métodos para aumentar su participación, como, por ejemplo, que la gente sepa sobre la herramienta ‘Reporta tu inundación’ y la utilice. Se establecen métodos para concienciar sobre los riesgos a inundación y aumentar el conocimiento sobre los mapas”, explicó.
“Queremos que la ciudadanía, los alcaldes y demás partes se sienten en la mesa y traigan sus preocupaciones para que puedan enmendar sus mapas. A veces, vemos comunidades diciendo que antes no se inundaban, pero no van a los foros que les ofrecemos para que entiendan los mapas. Si la comunidad no nos dice o no nos dan las marcas de agua, los mapas van a quedar a merced de un modelo de computadora y, con estas iniciativas, queremos atender ese problema”, subrayó, entretanto, Sixto Machado, director de la Oficina de Geología e Hidrogeología de la JP.
* Publicado en endi.com