El Modelo Mayagüez: magnífico ejemplo para el país
- Detalles
- por mayaguezsabeamango.com
Las atuneras que se establecieron en el litoral costero de Mayagüez a partir de 1960 y que durante casi medio siglo procesaron miles de millones de toneladas de pescado y sus derivados, crearon miles de empleos y generaron un abultado capital a las arcas privadas y a las municipales, llegaron a la ciudad por invitación de empresarias, empresarios y dirigentes de organizaciones cívicas mayagüezanas, cuya gesta convirtió a la ciudad en el principal centro de procesamiento de atún a nivel global.
Así lo confirma el catedrático asociado del Colegio de Administración de Empresas del Recinto de Mayagüez de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico, Luis M. Baquero Rosa en su más reciente libro, Historia de la Industria Atunera en Mayagüez de 1960 al 2012, en el que desvela datos desconocidos o muy poco conocidos de esa importante transacción que dio un empuje económico trascendental a la Ciudad de las Aguas Puras.
Una hazaña modélica poco conocida
El doctor Baquero Rosa hizo la presentación de su libro en una sesión especial de la legislatura municipal de Mayagüez convocada para conmemorar el 125 aniversario del natalicio de Luis Muñoz Marín, quien gobernó a Puerto Rico durante 16 años (1948-1964). Al también escritor, periodista y legislador se le atribuye haber impulsado el desarrollo industrial, económico, social y político del país.
En su alocución, el autor destacó que fue tal el impacto económico y social que produjo la gestión del Comité Industrial Central de Mayagüez, para la ciudad y para el resto del país, que resultó ejemplarizante.
“El gobernador Luis Muñoz Marín hablaba de la posibilidad de replicar el modelo de Mayagüez por todo Puerto Rico”, sostuvo el profesor e investigador para significar la importancia que el Estado atribuyó a la colaboración del comité multisectorial compuesto, entre otros, por los clubes de Leones, Rotarios, Exchange, Altrusas, Optimistas, Cámara Junior, Ejecutivos de Venta, Comité Cívico Pro Mayagüez, el gobierno central y el municipal.
El autor citó una noticia publicada en el periódico El Mundo, reseñada en el libro que acaba de publicar, en la que el entonces gobernador valora “la unión de propósitos de empresarios y dirigentes de organizaciones cívicas”.
“Me he enterado de que vas hoy para Mayagüez con motivo de un acontecimiento que a todos debe importarnos mucho”, advertía el gobernador a Teodoro Moscoso, director ejecutivo de la Compañía de Desarrollo Industrial de Puerto Rico, en una carta enviada al segundo con motivo del inicio de los trabajos de la procesadora Starkist Caribe.
En la misiva Muñoz Marín reconocía que la obra que se estaba haciendo en Puerto Rico se hacía “gracias al empuje simultáneo de muchos sectores”, particularmente los de Mayagüez.
“A los ciudadanos que integran el Comité Central de Mayagüez, que día y noche, en horas que sacrificaban de sus obligaciones cotidianas o de los días que hubiesen podido dedicar al descanso y atención de su familia, los habitantes de esta ciudad les deben mucho. Sin el generoso impulso de ellos lo más seguro es que la fábrica que escogió a Mayagüez se hubiese dirigido a otra parte (posiblemente Cataño)”, puntualizaba.
Muñoz sabía que de no haber sido por las gestiones del comité la StarKist se habría instalado en Cataño, que era la primera opción de los ejecutivos de la empresa familiar de los Bogdanovich por varias razones: la cercanía al puerto de San Juan y porque estaba más cerca de Dorado “para jugar golf”, según confirman los implicados que se citan en el libro.
En la nota periodística, el gobernador admitía no recordar ningún caso “en que se viera más claramente lo que se puede hacer en un país o en una población en particular si el gobierno, los grupos cívicos y las empresas juntan sus esfuerzos”.
“Te pido que saludes a todos estos buenos amigos de la población de gobierno y de la industria mayagüezana y les testimonie mi felicitación personal, no solo por lo que han hecho, sino por el magnífico ejemplo que han dado a todo el pueblo de Puerto Rico”, reiteraba entonces el primer ejecutivo del país.
La primera hazana: Texaco les regala los terrenos para la atunera
El experto en negocios internacionales documenta estos y otros hechos mediante entrevistas a testigos que participaron en las negociaciones y transacciones que desembocaron en la selección del litoral mayagüezano para la construcción de la primera planta atunera del oeste del país.
Para su investigación, el autor contó con información de primera mano de los ejecutivos José Alfredo Cristy, ingeniero y superintendente de planta y César Dahdah gerente de Tráfico y Compras de StarKist Caribe. Ambos constataron la naturaleza de las gestiones para atraer a los dueños de la empresa estadounidense y cómo lograron convencer a los inversionistas.
Lo primero que hicieron los gestores mayagüezanos fue conseguir que la compañía Texaco, dueña de los terrenos donde se desarrolló el conglomerado de plantas procesadoras y empacadoras de atún, frente a la imponente bahía de Mayagüez, a cambio de la condonación de una deuda de cerca de $75 mil que la Texaco no pagaba.
El propio Dahdah negoció con el entonces alcalde Baudilio Vega Berríos quien liberó el pago de la deuda y les extendió un contrato de arrendamiento por 99 años y una cuota anual de un dólar.
Cuando los dueños de la empresa familiar estadounidense de Joseph Bogdanovich y sus emisarios vinieron a Mayagüez, según el autor, los empresarios y líderes cívicos proyectaron una ciudad culta, productiva y próspera y que también cumplía con varios de los requisitos: acceso a la bahía y al puerto y alejado de la población del centro del pueblo.
La StarKist Caribe, comenzó operaciones en 1960 con una inversión de casi tres millones de dólares y una plantilla de 650 empleados, en su mayoría mujeres que trabajaban en el desbuche, limpieza y enlatado del atún y una nómina de $1.6 millones que pagaba el sueldo de los trabajadores que procesaban unas 400 toneladas de atún diariamente. Cuando llegó la demanda global, StarKist de Mayagüez llegó a procesar hasta mil toneladas de atún al día.
Operación Manos a la Obra
La llegada de las atuneras a Mayagüez formaba parte del proyecto de industrialización del país contenido en el programa Operación Manos a la Obra, elaborado por Muñoz Marín y desarrollado por Teodoro Moscoso.
Para atraer el capital extranjero la administración gubernamental utilizó los mecanismos que sus socios en los Estados Unidos le permitían al incipiente Estado Libre Asociado. En este caso, acogerse a beneficios contributivos para incentivar la inversión de capital mayormente estadounidense a través de la sección 931 que luego sería la 936 del Código Federal de Rentas Internas.
El 30 de junio de 2012 se puso punto final a la era de la industria atunera de Mayagüez que entre 1970 y 1990 empleó a más de 12 mil puertorriqueños. Los altos costos de producción y los salarios que se pagaban en Puerto Rico no resultaban rentables para los dueños de la empresa. Todo acabó “cuando la última planta de enlatado de Bumble Bee cesanteó a los últimos 261 empleados que quedaban en la industria”, recoge Baquero Rosa en el libro de 187 páginas ilustrado con fotos de artículos periodísticos y documentos de la época.
“El cierre, salida y abandono de las operaciones en Puerto Rico fue igual de rápido y de un impacto adverso, al igual que ocurrió en las Estados Unidos a mediados de la década del ochenta”, sostiene el académico en la conclusión de la investigación que nutre el texto.
En marcha el ferry, el desarrollo turístico de la zona atunera y la sede del Campeonato Panamericano de Atletismo
El alcalde interino de Mayagüez Jorge Ramos Ruiz confesó que le sobrecoge el paisaje de desolación que muestran las destartaladas instalaciones de lo que un día fue el epicentro mundial de procesamiento de atún.
“Para mí es significativo que ese espacio, que fue productivo en algún momento de nuestra historia, en este momento se encuentran sucios, abandonados y traen nostalgia para los que trabajaron en esa industria. Pasar por ahí, los sentimientos deben darle angustia de que ahí, en algún momento, yo levanté a mi familia trabajando en ese lugar y ya no”, dijo al dar la bienvenida.
El ejecutivo municipal aprovechó la ocasión para comunicar que la administración municipal trabaja con los proponentes de un proyecto de desarrollo turístico en las deterioradas instalaciones de las plantas que durante casi 50 años suplieron de atún al mundo. También anunció la firma de un convenio con la República Dominicana para la restauración del servicio de ferris, entre el puerto de Mayagüez y Quisqueya.
“Esta semana estuvimos reunidos con el empresario que está trabajando con la propuesta y solo falta una aprobación de la vecina República Dominicana para que sea una realidad”.
Añadió que le ha cursado una invitación al presidente de la República Dominicana, Luis Abinader Corona “para que esté con nosotros en una conferencia de prensa para anunciar que en septiembre la embarcación esté presente en Mayagüez para poder establecer los lasos entre el comercio de República Dominicana y Puerto Rico a través de Mayagüez”.
Según dijo, actualmente hace gestiones para “en tres años tener por lo menos dos cruceros y aprovechar los viajes de barcos que no se detienen en Puerto Rico, que son unas 50 rutas”.
“Lo que queremos es que se detengan en Mayagüez, que hagan turismo en Mayagüez y reciban los servicios para la embarcación. Tenemos una reunión con el gobernador y le daremos forma la semana próxima para establecer ese cambio al proyecto presentado y poderlo desarrollar turísticamente”, subrayó.
Ramos Ruiz, quien llegó a la presentación del libro desde la Fortaleza donde reunió el gobernador Pedro Pierluisi, para hablar sobre la celebración en Puerto Rico de varias competiciones deportivas internacionales, confirmó que Mayagüez será sede del Campeonato Panamericano de Atletismo del 4 al 6 de agosto de 2023. “Una noticia importante para nuestra ciudad”.
A casa llena
La sala de conferencias del Museo Pilar Defilló Espacio Cultural Pablo Casals resultó pequeña para acomodar al público que llenó el lugar a capacidad para conocer detalles de lo que supuso social y económicamente la gesta de la sociedad civil en la expansión económica y social de la ciudad, que es uno de los temas centrales del texto.
Baquero Rosa ha dedicado el libro a su familia y a miles de mujeres y hombres que trabajaron en ese conglomerado de procesadoras de atún, que echaron a correr la economía y fueron el sostén familiar en miles de hogares mayagüezanos.
En una mesa se sentaron exempleadas de la planta atunera, pero fue Rosemary Rodríguez, exgerente de recursos humanos de Starkist durante doce años, quien pidió la palabra al final de la presentación para decir que “los mejores empleados y empleadas que ha tenido Puerto Rico y Mayagüez son los de la atunera”.
“Trabajaban ocho horas de pie para sacar mil toneladas diarias, trabajando con orgullo. Mujeres guerreras, sin nunca quejarse”, reiteró mientras en la mesa las exempleadas comentaban entre sí. Fue tal la relación que se desarrolló en el lugar de trabajo que si había una boda, entre todas la preparaban, cuando nacían los hijos los celebraban todos y cuando había infidelidades también se sabía, decían por lo bajo.
Aunque ocupaba un puesto gerencial Rodríguez conocía lo duro del trabajo que realizaban las mujeres porque “cuando quería saber un chisme” se integraba a la línea de producción. “Nos conocemos todos y había un letrero que decía: aquí trabajan los mejores empleados de Puerto Rico, porque éramos familia”.
Un encuentro para recordar a Luis Muñoz Marín
La presidenta de la legislatura municipal Pura Vincenty destacó en la apertura de la sesión especial que Muñoz y su generación “le sirvieron bien al pueblo, no se sirvieron del pueblo”. Su gesta, dijo, “toca la vida de todos los puertorriqueños de la mitad del siglo 20 hasta nuestros días”.
“Todos somos bisnietos, nietos, sobrinos e hijos de aquellos jíbaros que el programa de justicia social transformó”, insistió al recordar que es nieta de dos agricultores que con sacrificio levantaron una familia de once hijos y una abuela viuda que “a los once los sacó adelante, todos profesionales. Esa es la gran obra de Luis Muñoz Marín. Transformó sus vidas y por ende transformó las nuestras”, puntualizó en el convite que se celebraba por primera vez, después de dos años, a consecuencia de la pandemia de Covid-19.
Evidencia de la especial relación de LMM con Mayagüez
El doctor Julio Quirós, director ejecutivo de la Fundación Luis Muñoz Marín y colaborador del encuentro reiteró, que del vínculo de Muñoz con Mayagüez, en lo político y lo intelectual y las relaciones con los alcaldes Baudilio Vega Berríos y Benjamín Cole, “dan pistas los documentos que se custodian en los archivos de la Fundación”.
“Recientemente encontramos una gran cantidad de materiales relacionados a la Zona Libre de Mayagüez, del tema de las atuneras y, sobre todo, del Mayagüez Hilton. Tan reciente como ayer encontramos los primeros planos del 1960 de lo que iba a ser el Mayagüez Hilton. Esa documentación que está disponible para consulta nos habla de esa relación de Muñoz con este pueblo que tanto amó”, acotó Quirós.
Vincenty insistió en la importancia de conmemorar la vida y obra de Luis Muñoz Marín “considerado una de las figuras políticas más importantes de América” a quien se refirió como “el padre del Puerto Rico moderno y el hombre que transformó un pueblo, en su mayoría analfabeto, con problemas de salud, sin infraestructura, de una pobreza extrema, en muchos casos, y lo convirtió, en pocos años, en el país de mayor desarrollo de nuestro hemisferio”.
Ramos Ruiz, por su parte, dijo que cuando era un niño escuchó a su abuelo hablar de Muñoz Marín muchas veces, aunque nunca prestó mucha atención a las historias. Sin embargo, “poco a poco uno se va educando y cuántos no quisiéramos tener cien próceres como Luis Muñoz Marín por su trayectoria y lo que ellos realizaron”.
Destacó que en Mayagüez, lo más parecido a la figura de Muñoz Marín fue don Manuel Pérez Sotomayor, don Manolito el legislador en funciones más longevo de todo Puerto Rico, quien falleció en el 2022, a dos meses de cumplir 103 años. Fue legislador municipal de la Sultana del Oeste durante 26. A los 98 años fue electo vicepresidente de la legislatura, pero renunció al cargo para darle paso a alguien más joven.
Yo conozco bien a Baquero Rosa
A quien el alcalde interino conoce muy bien es al autor del libro. Resulta que su hermana Rosa fue su compañera de trabajo, su jefa y su “maestra”. A su madre la conoció de una manera muy particular.
“Les voy a hacer una anécdota. Su mamá se pega mucho en la lotería, pero mucho. Un día le dije, Rosa tu mamá se pegó ayer, dile que me dé los números que necesito pegarme también y la mamá dijo: juégate los tres cinco. Dije, los voy a jugar, no los jugué. Al otro día llego y Rosa me dijo ¿te pegaste? ¿No, por qué? Se dieron los tres cincos. Nunca se me va a olvidar, nunca”, comento entre carcajadas. A esa familia, dijo, la “admiro mucho y le respeto”.
“Vienen de un residencial de Mayagüez. Su madre levantó a su familia, tiene tres hijos profesionales y la respeto por eso. Baquero, para mi es un honor que estés en la noche de hoy con nosotros y presentándote como lo que eres, un gran profesional en la ciudad de Mayagüez”, acentuó el ejecutivo municipal.
La presidenta de la legislatura conoció al autor hace muchos años. “Cuando tenía diecinueve años y quería ser estudiante orientador y yo acababa de llegar al Colegio a trabajar. Siempre supimos que lograría todas las metas que se propusiera. Felicidades”.
Las legisladoras Jocelyn Rodríguez y Migdalia González también asistieron a la presentación.
Francisco Cuebas, quien empezó como operador de maquinaria y luego se desempeñó como gerente de la compañía en Puerto Rico, Samoa, California y Pensilvania dijo sentir “melancolía porque tuve que cerrar una de esas fábricas”.
“Los costos de Taiwán e Indonesia contra los costos de producción en Estados Unidos eran demasiado lejos. Cuando una caja de atún producida en Puerto Rico valía siete dólares en Taiwán valía $1.50. Esa fue la debacle para nosotros”, sostuvo en una breve intervención al cierre del encuentro.
“Yo creo que la oportunidad que nos dieron aquí pudimos demostrar lo que siempre hemos demostrado, nosotros ponemos amor en lo que hacemos y damos el 150 por ciento en lo que producimos”, concluyó.
Al maestro Baquero Rosa no se le borró la sonrisa en toda la noche. Posó para los fotógrafos, se hizo fotos de familia y con todo el que se le acercó, saludó a los presentes y estuvo acompañado de su madre, hermanas y otros parientes, en su mayoría mujeres a las que le ha dedicado su obra.
El profesor seleccionó una cita del gobernador Luis Muñoz Marín contenida en un mensaje suyo ante la asamblea legislativa el 11 de febrero 1964 y la colocó en primer plano durante toda su presentación.
“La vitalidad de un pueblo es la vitalidad de su propósito colectivo. El propósito puertorriqueño no ha de ser el mero progreso económico, porque Puerto Rico, si va a ser el Puerto Rico que queremos y respetamos no ha de tener sólo hambre de consumo, sino también sed de justicia, arte, ciencia, comprensión y buena convivencia humana. No ha de conformarse con la abundancia material sino en la excelencia moral y espiritual”, Luis Muñoz Marín.