El cambio climático y la educación
La educación es un agente fundamental para abordar la cuestión del cambio climático que ya es una realidad. Este cambio en el clima, producto del calentamiento global, está afectando a todo el mundo y ha sido mucha la devastación y las muertes causadas, producto del mismo.
El cambio climático debe entenderse como una cuestión social y científica compleja caracterizada por un conocimiento incierto y específico del contexto.
En Europa, las olas de calor ya han causado muchas enfermedades y muertes. Sin embargo, sus efectos no se limitan a un área geográfica puesto que se reproducen en la mayoría de las regiones del mundo.
Este cambio en el clima, inducido por el caliento global, que a su vez es inducido por acciones antropogénicas, se debe enseñar en una asignatura por separado o, en su defecto, se debe enseñar en todos los cursos que se ofrecen en una institución educativa particular y en todos los niveles escolares y de educación superior.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, conocida abreviadamente como UNESCO, ha reconocido que la educación es crucial para atender la crisis climática ya que “ayuda a las personas a comprender y a abordar los impactos de la crisis climática, brindándoles el conocimiento, las habilidades, los valores y las actitudes necesarias para actuar como agentes de cambio”. Organismos como la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, el Acuerdo de París (2015) y la agenda de Acción para el Empoderamiento Climático (ACE) coinciden y reconocen la importancia de la educación y la formación para hacer frente al cambio climático.
Se reconoce cada vez más el papel de la educación para abordar los desafíos del cambio climático, aunque el sector educativo sigue infrautilizado como recurso estratégico para mitigar el cambio climático y adaptarse a él.
Estudiantes, educadores y administradores escolares, pueden desempeñar un papel importante en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Una vez educados e informados sobre la materia, los estudiantes estarán preparados para dar a conocer los efectos del cambio climático y cómo tomar medidas de resiliencia para mitigarlo.
La falta de tiempo y las oportunidades curriculares para abordar el cambio climático en el aula sugieren la necesidad de utilizar iniciativas curriculares y comunitarias para las investigaciones y el aprendizaje de los estudiantes. Los docentes deben alentar a los estudiantes a pensar de manera crítica y creativa sobre los enfoques de mitigación y adaptación al cambio climático y desarrollar su capacidad para responder con acciones significativas.
Se necesita que la educación sobre el cambio climático para el desarrollo sostenible sea integral y multidisciplinaria y afirme que no sólo debe incluir conocimientos de contenidos relevantes sobre el cambio climático, sino cuestiones ambientales y sociales, reducción del riesgo de desastres y consumo y estilos de vida sostenibles. Además, debe propiciar un enfoque en el entorno institucional en el que se aprende ese contenido para garantizar que las escuelas y los propios sistemas educativos sean resistentes al clima y resilientes, al tiempo que sostenibles y ecológicos. (Anderson, 2021).
* El doctor Carlos Pérez Morales es docente jubilado de la Universidad de Puerto Rico.