Los cambios climáticos ponen en riesgo las hospederías del país
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- por mayaguezsabeamango.com
El doctor Kevián Augusto Pérez Valentín, un investigador postdoctoral del Instituto de Planificación e Investigación Costera de Puerto Rico acababa de enumerar los tres grandes desafíos que enfrentan las costas del país: el aumento en la erosión costera, la pérdida y la elevación de la playa en la mayoría de las playas del país y que el 32 por ciento de la infraestructura crítica ubica en zonas costeras. Minutos después una ejecutiva de la Compañía de Turismo confirmaba la lentitud con que la entidad ha puesto en marcha las disposiciones de la Ley de Política Pública para el Desarrollo Sostenible del Turismo.
“Tenemos que abrazar los objetivos de desarrollo sostenible reconociendo que la industria turística tiene la capacidad de desarrollarse por las personas, por el planeta y para la prosperidad de todos. Tenemos que seguir comentando, hablando y aportando sobre la sostenibilidad; de la acción del país para atender el cambio climático y de los retos que nos suponen para el futuro”, espetó Nildamarie Díaz Hiraldo, supervisora de la División de Turismo Sostenible de la Compañía de Turismo de Puerto Rico quien presentó una ponencia sobre la Vulnerabilidad Turística de Puerto Rico ante el cambio climático en el Foro Sobre Cambio Climático 2023 auspiciado por la administración municipal de Mayagüez y coordinado por el decano interino de la Facultad de Artes y Ciencias, Fernando Gilbes, director del Centro Hemisférico de Cooperación en Investigación y Educación en Ingeniería y Ciencia Aplicada (CoHemis) del Recinto Universitario de Mayagüez.
Una agenda de país
La funcionaria es consciente de que, ante los cambios climáticos que ya se han manifestado en Puerto Rico tras el paso del devastador huracán María en septiembre de 2017, el aumento en el número de desastres naturales, la contaminación de las playas y la erosión costera obligan a hacer un análisis profundo del futuro de una promoción turística diseñada para vender atracciones naturales en riesgo de desaparecer.
“Se nos está yendo el país y no lo estamos viendo en el macro sino en el micro. Lo estamos viendo en la reacción y no en la planificación. Todo eso, no bien atendido, representa un problema de competitividad en comparación a nuestros países hermanos y la toma de decisiones de ese posible visitante, familia o convención que queramos traer”, sostuvo.
Turismo avala proyectos que ponen en riesgo los recursos naturales
Explicó que para conocer las condiciones en que se encuentra la industria turística en el país se han hecho evaluaciones que destacan que las 154 hospederías y las 157 empresas turísticas endosadas por Turismo ofrecen todo tipo de experiencias que son perjudiciales a la sobrevivencia del entorno natural: senderismo, zip-lining, buceo y buceo de superficie o snorkeling, entre otras que impactan directamente zonas costeras críticas.
“El 21 por ciento de nuestras empresas turísticas endosadas sus actividades están ligadas a experiencias relacionadas con los arrecifes de coral. Comentaban nuestros compañeros del blanqueamiento de corales. ¿Qué les voy a mostrar? ¿Qué bellezas les voy a mostrar?
Según dijo, actualmente hay empresas que están “en riesgo y por eso a través de la División hemos estado insertando estos procesos de educación porque muchas empresas que llevan muchos años de operación no son conscientes de cuánto pueden aportar ellos para seguir conservando y preservando ese activo natural que hoy les da de comer”.
Contaminación del agua
En las áreas de bañistas, de esas playas que son el atractivo principal de nuestro destino, los datos recopilados muestran “que el 94 por ciento de ellas están contaminadas con patógenos, según los resultados del monitoreo de calidad de agua”.
“Este año, todos los meses, el por ciento ha ido en aumento, así, que, la contaminación no se ha ido reduciendo, ha ido aumentando”, puntualizó.
El efecto es que la experiencia del visitante puede llegar a ser traumática por desconocimiento y por la ausencia de un programa de información eficiente.
“Eso nosotros lo conocemos porque lo estamos viendo, lo resaltan en las noticias, pero, eso es transparente para el turista que se aísla de las noticias. Esto es un asunto de salud, no solo para el turista sino para nosotros. ¿Con qué se están contaminando las aguas? Se contaminan con descargas ilegales, construcciones ilegales y tenemos que reconocer que ahí también hay un problema”, reiteró.
El aumento del nivel del mar, del que hablan los científicos, supone un problema adicional, puesto, que, según Díaz Hiraldo, el 79 por ciento de esas 154 hospederías se encuentran en zonas costeras. “Así, que, de 154, 122 están en riesgo, porque están en zonas costeras”.
De hecho, se trata de casi la totalidad de las hospederías puesto que la funcionaria reconoce que hay muy pocas habitaciones en el centro del país. Ese es el riesgo para la zona de la Cordillera y muy pocas que no están en la costa porque siempre vendimos el acceso al mar, porque eso era lo que vendía”.
En Rincón, por ejemplo, “ya no tenemos hospederías con vista al mar, tenemos habitaciones con el mar en la habitación y esto no es un up grade, es una preocupación”.
Medio centenar de hospederías se perderían por el incremento en el nivel del mar
Su mayor preocupación es que los proyectos que actualmente se presentan ante la Oficina de Planificación llegan, según dice, con la intención de construir hospederías “pero ahí, donde rompe la ola”. “Porque seguimos entendiendo que ese es el único lugar rentable y de interés para el visitante. Tenemos que empezar a cambiar esa conversación y cambiar esa mentalidad”, sentenció.
Una proyección de cuál sería el efecto del incremento en el nivel del mar sobre esas 122 hospederías construidas en zonas costeras arrojó números muy preocupantes. “El resultado es que se perderían unas 57 hospederías actuales y vemos un gran riesgo”.
La funcionaria recordó que en la emergencia provocada por el huracán María la inmensa mayoría de las hospederías no estaban listas para ser “el refugio” de los primeros respondedores que llegaron al país, “porque estaban igual de afectados que el resto del país. Porque el oleaje y todos los efectos del fuerte viento las dejaron inoperantes. Así que, no teníamos donde ubicar al personal de FEMA que estaba llegando al país porque nuestras hospederías no eran alternativa. Sin mencionar que no teníamos hospederías en otras zonas del país porque todas estaban concentradas en el mismo espacio”.
Una agenda de país y un turismo sostenible
Díaz Hiraldo advirtió que para que el turismo tenga futuro en Puerto Rico hay que “descentralizar de forma planificada” porque lo que se ha hecho desde Turismo, ha sido muy poco por falta de planificación.
“Uno de los retos que enfrenta la industria turística en Puerto Rico, es que nosotros tenemos una actividad centralizada y por más esfuerzo que hemos estado haciendo, la realidad es que el grueso de los turistas se concentra en la zona metropolitana donde está también la cantidad mayor de habitaciones de hospederías”.
Aunque asegura que durante años se han trabajado propuestas para las regiones turísticas de Puerto Rico, el esfuerzo “no ha pasado más allá de ser un elemento promocional”.
“No lo hemos trabajado como un plan estratégico de región donde nos sentemos a hablar, más allá de auspicios para algún evento del municipio, sino a evaluarnos como región. Qué tengo yo, qué tienes tú. Vamos a desarrollar otro tipo de propuestas, tenemos que descentralizar y planificar y tenemos que tener una agenda de país”, insistió.
Para ello dijo, se impone hacer una gestión “más completa” para hacer cumplir la ley 254 del 2006 que estableció, como política pública, el desarrollo del turismo sostenible en Puerto Rico. También advierte que es imprescindible que se actualice el plan de desarrollo sostenible que se creó en el 2016.
Esa ley obliga a “propiciar el desarrollo sostenible del turismo como un instrumento de educación y concienciación para conservar, apreciar y experimentar, responsablemente con los recursos naturales”.
El estatuto dispone que el turismo sostenible debe cumplir con ciertas disposiciones acorde con la intención legislativa: “1) Dar un uso óptimo a los recursos ambientales que son un elemento fundamental del desarrollo turístico, manteniendo los procesos ecológicos esenciales y ayudando a conservar los recursos naturales y la diversidad biológica. 2) Respetar la autenticidad sociocultural de las comunidades anfitrionas, conservar sus activos culturales arquitectónicos y naturales así como sus valores tradicionales, y contribuir al entendimiento y a la tolerancia intercultural (mediante la educación), 3) Asegurar unas actividades económicas viables a largo plazo, que reporten a todos los agentes unos beneficios socioeconómicos bien distribuidos, entre los que se encuentran oportunidades de empleo estables y de obtención de ingresos y servicios sociales para las comunidades anfitrionas, y que contribuyan a la reducción de la pobreza, 4) El desarrollo sostenible del turismo exige la participación informada de todos los agentes relevantes, así como un liderazgo político firme para lograr una colaboración amplia y establecer un consenso”.
Infraestructura en zonas críticas
Díaz Hiraldo recordó que la Compañía de Turismo de Puerto Rico tiene unas 16 mil habitaciones de hospederías “endosadas” a nivel de todo el país. Se trata de hoteles que han pasado por el proceso de inspección y que reciben promoción de parte la compañía. Igual cantidad de habitaciones están fuera de su inventario a través de hospederías no endosadas por Compañía de Turismo y alquileres a corto plazo.
El problema, advierte, “es que hemos vendido un destino de sol y playa” y aunque ha habido esfuerzos por tratar de presentar los atractivos naturales, culturales y gastronómicos que tiene el destino, siempre sigue siendo el buen tiempo un factor determinante. “Seguimos vendiendo la playa, es lo que sigue saliendo como factor importante en la promoción”.
“La competitividad del destino es también un factor importante al igual que la capacidad de adaptación y resiliencia para enfrentar todos estos cambios climáticos”, insistió.
La funcionaria promueve la inserción ciudadana en la discusión de un nuevo Plan de Manejo de Mitigación, Adaptación y Resiliencia al Cambio Climático que actualmente se discute en vistas públicas. “Necesitamos tenerlo, necesitamos que el plan exista y que sea participativo, que podamos aportar desde distintos sectores para que sea eficiente”.
Vulnerabilidad de infraestructura
Otro asunto al que según la funcionaria hay que prestarle atención es a los aeropuertos, los muelles turísticos que ubican en zonas críticas. “Nos asustamos, pero no estamos viendo en concreto cómo vamos a atender nuestros accesos a alimentos, bienes y servicios”.
“Tengo empresas turísticas que no pueden operar en el sur porque no hay agua. La generación eléctrica de esos 154 hoteles está vulnerable. En momentos de emergencia es una complicación poder suplir el abasto para esas hospederías”, insistió.
A pesar de los tropiezos, Díaz Hiraldo asegura que “todavía hay un área de oportunidades”.
“Tenemos retos, porque tenemos que hablar, no solo de la parte bonita de la industria turística en términos económicos y de experiencia para el destino, si no dar pasos para hablar de esos retos, de cómo podemos mejorar la infraestructura y esa industria turística, para ellos (los turistas) y por nosotros, que somos la comunidad receptora”.
Los efectos del cambio climático se agudizan a diario
Otro que alertó sobre los efectos detrimentales que ya produce el calentamiento global fue el meteorólogo y oceanógrafo mayagüezano Ernesto Rodríguez Fernández director del Servicio Nacional de Meteorología en San Juan en su ponencia Impactos del Cambio Climático en Puerto Rico.
Según el experto, la degeneración ambiental ya está produciendo aumentos en la precipitación anual promedio, precipitación intensa de más de tres pulgadas, mayores períodos de sequía, aumento en el nivel del mar, acidificación del océano, aumento en la temperatura del mar, aumento en la frecuencia e intensidad de ciclones y la lluvia asociada a ciclones tropicales.
Enumeró como asuntos a los que hay que prestarle mayor atención, tanto desde el ámbito gubernamental como del educativo, es a los efectos de la erosión costera, que ya produce “aumento en las inundaciones, degradación de los hábitat marinos y degradación de los arrecifes de coral, disminución de los abastos de agua, intrusión de agua salada, disminución de actividad y productividad agrícola, reducción de atractivos turísticos y retos en la economía, además de crecientes efectos nocivos, impacto en la calidad de vida de las comunidades, riesgo a la exposición de enfermedades y aumento en los riegos a la salud”.
Rodríguez Fernández recordó que además del exceso de lluvia, que Puerto Rico ha sufrido varios eventos de sequía a través de su historia. Los más recientes 1994-1995, 2014-2016, 2018-2020.
El oceanógrafo confirmó que la severidad de los daños a los corales aumenta a medida que aumenta la temperatura y el nivel del mar. Lo que produce cambios en los hábitats y en la distribución de las especies.
“El aumento en las temperaturas del mar afecta los arrecifes de coral que se enferman debido a la acidificación del mar”, sentenció el mayagüezano al insistir en la importancia de la divulgación de la información relativa a los cambios climáticos.
La trayectoria del meteorólogo fue reconocida por el alcalde interino Jorge Ramos Ruiz, en el marco del Foro Sobre Cambio Climático 2023 auspiciado por la administración municipal de Mayagüez
A discutir la importancia de las rocas de playa
En su ponencia Rocas de Playas en Puerto Rico en el Contexto del Cambio Climático y su Influencia en los Procesos Costeros y la Erosión Costera, Pérez Valentín sostuvo que la evidencia de los estudios demuestra que los afloramientos de rocas de playa “son cada vez más frecuentes en el entorno costero y que las exposiciones de rocas de playas están asociadas a áreas donde hay una erosión costera significativa”.
Por lo que los proyectos, estrategias y evaluaciones de mitigación deben incorporar las rocas de playa como parte del entorno costero. “Estas estrategias deben reconocer áreas donde la ocurrencia de rocas de playa puede mitigar las zonas costeras del impacto de las olas y la erosión, reduciendo la susceptibilidad de los ecosistemas y comunidades.
El planificador apuntó que las rocas de playa tienen un “efecto dual, ya que actúan como rompeolas naturales que reflejan y disipan la energía de las olas y pueden mitigar la erosión costera”.