Hacen público en el Teatro Yagüez informe de expertos sobre cambio climático
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- por Génesis Ibarra Vázquez *
Si no se actúa a tiempo para responder a sus efectos ya evidentes, el cambio climático le costaría a Puerto Rico más de $379,000 millones para el 2050, reveló un estudio del Comité de Expertos y Asesores sobre Cambio Climático (Ceacc), que evaluó sectores principales de la economía para llegar a esa cifra.
A juicio de dos miembros del Ceacc, se trata de un número que sobrepasa –por mucho– lo que costaría ejecutar el Plan de Mitigación, Adaptación y Resiliencia al Cambio Climático, cuyo borrador fue enviado en abril a la Asamblea Legislativa, donde ni siquiera se evaluó en vistas públicas. La propuesta quedó engavetada hasta el próximo cuatrienio.
“Una de las razones por las cuales hay esta renuencia a que se adopte el Plan es que indican que el costo de las medidas es grande para un país tan pequeño como Puerto Rico, y que, quizá, esas medidas hasta afecten la economía. Aquí, estamos demostrando que cruzarnos de brazos nos va a afectar más”, planteó a El Nuevo Día el ingeniero ambiental Carl Soderberg, miembro del Ceacc, creado por la Ley 33 de 2019.
El estudio, preparado por las firmas Estudios Técnicos y Tetra Tech –a un costo de $250,000– y titulado “El costo de la inacción ante el cambio climático para Puerto Rico”, encontró que no tomar acción ahora supondría una pérdida de $379,270 millones en el Producto Interno Bruto (PIB), de ocurrir un aumento de 2 grados Celsius (°C) sobre los niveles preindustriales en la temperatura global. Esto equivale al 18.3% del PIB acumulado entre 2021 y 2050.
Según estimados del climatólogo Rafael Méndez Tejeda, también miembro del Ceacc, “hacer algo (contra el cambio climático) implicaría menos de un 20% a un 25% de lo que costaría si no se hace nada”. El estimado de ejecución del Plan de Mitigación, Adaptación y Resiliencia ronda los $100,000 millones, apuntó, en tanto, Soderberg.
“Hay cosas que son irreversibles, (por ejemplo) el nivel del mar va a aumentar. Si tú cogieras una varita mágica y, a nivel mundial, hoy se acaban las emisiones de gases de invernadero, todavía aumentaría 3 pies para el 2050″, expuso Soderberg. “¿Qué nos queda? Prepararnos. Es como si te dicen, ‘salió un huracán y le va a dar a Puerto Rico’. Tú dices, ‘bueno, no controlo el huracán, pero puedo controlar cómo me voy a preparar’. Y eso es lo que estamos diciendo”.
Pérdidas por sector
El estudio, publicado esta semana, evaluó seis sectores principales: agricultura, manufactura, servicios, infraestructura para agua y luz (“utilidades”), construcción, y comercio al por mayor y al detal. El impacto en el turismo se calculó por separado, pues este sector “comprende múltiples industrias a lo largo de los seis sectores, así como un componente externo (los visitantes)”, señala el documento.
En el turismo, para el escenario de aumento de temperatura de 2 °C al 2050, “$7,839 millones de actividad turística estarían en riesgo, representando unos 1,903 empleos por año, para una nómina en riesgo de $1,810 millones”, al impactarse renglones como la infraestructura de alojamiento y disminuir la cantidad de turistas que llegarían a la isla.
La agricultura sería otro de los sectores que más sufriría por el cambio climático por los efectos en el rendimiento de los cultivos y la reducción de tierras disponibles. De acuerdo con el análisis, las pérdidas en el PIB agrícola ascenderían a $2,000 millones para el 2050. Un aspecto que preocupó a ambos expertos entrevistados por El Nuevo Día es el estimado que apunta a $13,340 millones en pérdidas de tierras, maquinaria y equipos para el mismo período.
En cuanto a la manufactura, el estudio estima una pérdida de $234,900 millones, además de pérdidas en empleos “que representarían una nómina de $10,870 millones”. Entre otros aspectos, el análisis destaca el impacto en infraestructura portuaria y en otras instalaciones productivas. El sector de servicios perdería $99,950 millones en PIB, así como $21,000 millones en nómina, por los efectos en áreas como la transportación y el uso de vertederos, por ejemplo.
La pérdida en el sector de infraestructura para agua y luz sería de $2,990 millones ante el aumento en los costos de energía y de suministro del líquido, además de $2,320 millones en pérdida de infraestructura productiva y $580 millones en nómina. El comercio al por mayor y al detal sufriría pérdidas en el PIB de $37,080 millones y de $9,100 millones en nómina, asociadas al aumento en los costos de transporte y alimentos, así como el impacto en el inventario y la capacidad de almacenamiento.
Según el análisis, el sector de la construcción sería el único entre los evaluados que no sufrirá una pérdida en actividad económica debido a los parámetros climáticos considerados en el estudio. “Esto puede estar relacionado con que las grandes pérdidas en infraestructura para otros sectores económicos provocarán un aumento en proyectos de reconstrucción y mitigación”, expone el documento.
Al 2050, las pérdidas en el PIB de la construcción relacionadas con daños a la infraestructura productiva de este sector ascenderían a $7,610 millones, según el estudio.
Otro aspecto que se evalúa es el impacto que tendría la inacción climática en la tasa de mortalidad que, ante un escenario de aumento de temperatura de 2 °C, ascendería a 9.3, “lo que implica un exceso de mortalidad de 9,493 personas para 2050″. El estudio hace hincapié en que esto es un estimado “conservador”, pues “no incluye muertes causadas directamente por estragos del clima”.
Municipios e infraestructura eléctrica
Además del tema económico, el estudio analiza el impacto del cambio climático en otras áreas, y en un escenario de aumento del nivel del mar de 1 pie y la marejada ciclónica de un huracán categoría 4. El informe final evalúa otros escenarios más sombríos, pero el resumen ejecutivo disponible en línea se enfoca en discutir los escenarios “con mayor confianza o probabilidad de materializarse”.
Sobre los municipios, indica que los 44 costeros serán afectados por inundaciones en los cuatro escenarios de aumento del nivel del mar (1, 3, 6 y 10 pies), “además de Bayamón y Canóvanas, a pesar de no contar con línea de costa”. Loíza sería el municipio más afectado por el aumento del nivel del mar de 1 pie, con un 13.4% de su territorio inundado.
“Los hallazgos del estudio demuestran que sobre 1,865 estructuras podrían ser impactadas por la inundación provocada por un aumento del nivel del mar de 1 pie. Los cinco municipios más afectados serían Cataño, San Juan, Salinas, Cabo Rojo y Guánica”, lee el estudio. Mientras, los pueblos más afectados por la marejada ciclónica de un huracán categoría 4 serían Loíza (64.5% de su territorio) y Cataño (41.1%).
En la infraestructura de energía, el estudio proyecta que, en un escenario de aumento del nivel del mar de 1 pie, dos plantas generatrices pudieran inundarse: Costa Sur, en Guayanilla (1.3% del terreno), y Aguirre, en Salinas (0.2% del terreno). Además, se podrían afectar 9.2 kilómetros de las líneas de transmisión y 14.9 kilómetros de las líneas de distribución.
Para una marejada ciclónica de un huracán categoría 4, seis plantas de generación estarían en riesgo de inundación: San Juan, AES (Guayama), Aguirre, Mayagüez, Costa Sur y Palo Seco (Toa Baja), así como 13 subestaciones, 97.7 kilómetros de líneas de transmisión y 523.4 kilómetros de líneas de distribución.
Otra área que preocupa a Méndez Tejeda es el Aeropuerto Internacional Luis Muñoz Marín, en Carolina, que sería alcanzado por la inundación en un escenario de aumento del nivel del mar de 3 pies, según el estudio. “Hay cosas que, si no se hacen de aquí a 2030, serían insalvables. El propio aeropuerto, habría zonas que no se podrán usar”, alertó.
Inacción gubernamental
En el marco del séptimo aniversario del huracán María –de cuyo impacto Puerto Rico aún no se recupera–, Soderberg y Méndez Tejeda lamentaron la “inacción” del Estado en atender el cambio climático, y alertaron que la ventana de oportunidad para actuar se está cerrando.
Por otro lado, a poco más de un mes para las elecciones generales del 5 de noviembre, Méndez Tejeda criticó que ningún candidato –a la gobernación o a cualquier otro cargo electivo– ha examinado o discutido el Plan de Mitigación, Adaptación y Resiliencia.
“Este estudio refuerza el Plan. Lo que nosotros queremos, en segundo lugar, es salvar la economía. El primer lugar es salvar vidas, que son mucho más importantes. En resumen, (queremos) evitar que el país siga el deterioro de su economía y, por tanto, la pérdida de la isla, porque, a medida que la gente se va porque no tiene calidad de vida, evidentemente, se está perdiendo la isla. Y eso es bien importante con este estudio, queremos preservar la isla”, aseveró Méndez Tejeda.
Vea en informe en este enlace.
* Publicado en endi.com.