Asumen el reto de democratizar el conocimiento
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- por Carla Minet
Un proyecto que asuma como objetivo la democratización del conocimiento no será cosa sencilla, dondequiera que se intente. La pobreza, que viene con la falta de oportunidades y la brecha digital, es un reto complejo, que puede parecer inmenso, pero que a la vez es fundamental atender en cualquier país que pretenda ser democrático. Sólo hay valientes que lo quieren enfrentar.
En Puerto Rico, la Fundación Francisco Carvajal se ha lanzado ruedo, y desde 2008 impulsa en la ciudad del mangó el Proyecto Carvajal para la Democratización del Conocimiento, que se desarrolla desde el Centro Universitario para el Acceso ubicado en el Recinto Universitario de Mayagüez, para estudiar y atender la inequidad educativa durante, al menos, 5 años.
La Dra. Rima Brusi, a cargo de esta monumental tarea, explica que hay una relación directa entre acceso a la universidad, posibilidades de éxito y clase social. “A menor el ingreso familiar de un estudiante, menor su probabilidad de ser admitido y menor su probabilidad de graduarse de una universidad. Como parte de las investigaciones, logramos elaborar un mapa más profundo de cuáles eran las barreras. La pobreza es un fenómeno muy complejo que de muchas formas afecta tu desarrollo”. Brusi se refiere a que eso que se llama “pobreza estructural” no es algo abstracto o esotérico, sino la suma de factores que se ven cotidianamente en políticas públicas y características culturales que rodean la vida de las personas que nacen en cuna pobre.
“Por ejemplo, una de las cosas que no se estaban haciendo: administrar el College Board de forma universal y gratuita para los estudiantes. Durante ese año (2008-2009) hubo una sinergia que permitió que se administrara el College Board gratis, pero no tenemos información del Departamento de Educación de que se vaya a repetir… Un estudiante que está en escuela privada recibe muchos mensajes de que va para la universidad y mucha información. El que está en escuela pública, no recibe tanta información. En las escuelas más pobres tiende a haber menos información sobre la universidad. Mientras más pobre es el estudiante, es más dirigido a carreras vocacionales… También, los padres seguramente no han ido a la universidad, lo que los convierte en estudiantes de primera generación que llamamos… Así por el estilo”, explica la socióloga. El estudiante con recursos y el que no los ostenta tienen frente a sí caminos totalmente distintos. Para el chico de una comunidad pobre es extraordinario ir a la universidad; para el otro, es ordinario. Las estructuras y el sistema que promueven que esto ocurra están ahí.
“Yo creo que este patrón se repite en el resto de la isla; las barreras que encontramos son de tipo estructural y entendemos que se repiten en todo Puerto Rico,” sentencia.
Pero avocados al deseo del cambio, Brusi, junto a colegas como el Dr. David González y el Dr. Walter Díaz, convencieron a la Fundación Carvajal de invertir en un proyecto de largo plazo. Y en su tercer año, ya cosechan. “Tenemos varios indicadores interesantes y varias historias de éxito. En promedio, entraban entre cinco y seis estudiantes, después del proyecto entraron entre ocho y 10. Hay un incremento que me parece bien sugestivo. Hay otros ejemplos… La verdadera magia la crean los estudiantes universitarios que trabajan con los nenes y que desarrollan relaciones de modelaje y mentoría; eso en definitiva explica las historias,” sostiene Brusi.
Desde allí, el pasado semestre atendieron a unos 120 estudiantes de séptimo a duodécimo grado, todos ellos provenientes de residenciales públicos mayagüezanos, proveyendo cuatro giras sabatinas por semestre al recinto u otros espacios universitarios y dos campamentos de verano. Además, apuntalado con un donativo del WesternBank, el proyecto también ofreció apoyo académico y tutorías a la misma población, de lunes a jueves, en horas después de la escuela. Desarrollo de cómics junto a estudiantes y docentes de Teoría del Arte del RUM y un espectáculo de Ciencias Físicas con apoyo del personal del Departamento de Física de la reconocida universidad son algunos de los eventos que se realizaron el pasado semestre.
El aspecto de las investigaciones y publicaciones también es un componente fundamental de esta iniciativa.
“Cada año saldrán aproximadamente dos cuadernos,” recalca Brusi. Ya publicaron uno en torno al tema de la geografía del acceso a la educación superior y acaban de sacar el segundo, Universidad y capital humano: clase social y logro educativo en Puerto Rico, de la autoría del Dr. Walter Díaz, catedrático del departamento de Ciencias Sociales de UPRM. En él se examina la relación entre el estatus socio-económico y el acceso a la educación superior post secundaria, lo que sustenta que en Puerto Rico hay una fuerte relación entre clase social y acceso. El estudio incluye recomendaciones para el cierre de estas brechas a través de políticas educativas que conduzcan a una mayor articulación entre el sistema escolar público y la universidad pública de Puerto Rico.
La tarea del Proyecto Carvajal para la Democratización del Conocimiento aunque titánica, es insuficiente, en un país donde el 48% de la población vive bajo los niveles de pobreza. Brusi asegura que: “Tenemos nenes que se han ido porque la economía está bien mala. Todavía hay algunos espacios, porque algunos niños han emigrado por esta razón. Podemos tener entre 10 y 20 espacios y estamos enfocados en residenciales, porque no podemos atender más allá”.
Si le interesa esta iniciativa o quiere colaborar, puede escribirles a Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. o llamarles al 787-832-4040 x2760.