Un blogfesor ávido de conocimientos
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- por Carla Minet
El blogfesor Mario Núñez, cuyos proyectos en internet Blogfesores, DigiZen y Edublogs de Puerto Rico, son iniciativas de avanzada en el escenario educativo-virtual boricua, dice que en la universidad pública persiste un miedo injustificado a incorporar la tecnología a los procesos de enseñanza. En la plática con www.mayaguezsabeamango.com, el profesor del Recinto Universitario de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico abordó sus experiencias blogueando y evaluó las políticas públicas pertinentes a la inclusión de la tecnología como parte del aprendizaje.
“Yo lo que hago en mi blog es publicar allí lo que voy aprendiendo cada día. Es algo que se ha convertido en un proceso muy espontáneo, y hay un grupo de personas que me sigue y en comunidad comentamos lo que aprendemos. Más de tres mil personas me están siguiendo. Todavía no lo entiendo bien, pero… esas son las cosas buenas del blog”, dice con una sonrisa.
Sus bitácoras digitales se han convertido en un mecanismo efectivo para aprender y enseñar. El cree en la inteligencia colectiva de la blogosfera y la práctica de bloguear le libera de la rutina cotidiana.
DigiZen, dice, “es un reflejo de lo que soy como persona y lo que voy aprendiendo, de manera muy personal”. Blogfesores, por otra parte, se trata de una especie de espacio global al que se adhieren mediante una declaración o manifiesto educadores de todas latitudes. “Creamos un botón para distinguir a los blogfesores, añadimos el de las blogfesoras, y luego el de blogfesores y blogfesoras, porque había gente que trabajaba en colectivo. E hicimos un directorio. Cada semana se unen nuevos; ya va por tres mil y pico de educadores que tienen su blog ahí, según la disciplina que imparten”.
El planeta de Edublogs de Puerto Rico se diferencia en que es un agregador de blogs que recoge lo que publican los educadores que tienen blogs isla. “Ahí hay alrededor de 200 blogs de profesores. Yo lo que hago es que filtro y modero”.
Doctorado por la Universidad de Harvard en “Counseling and Consulting Psychology”, Núñez Molina es trabajador en el Departamento de Ciencias de la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez desde el 1987. Es gurú de la integración de las nuevas tecnologías a los procesos de aprendizaje, y por eso le invitan a los principales simposios sobre la web 2.0 y ofrece charlas a los medios de comunicación del país, sobre el manejo contemporáneo de la información y cómo está afectando el periodismo.
La incorporación de la tecnología a los procesos educativos en Puerto Rico es una de los retos a los que Núñez le tiene el ojo puesto. Pero él sabe bien que antes de resolver cómo integrar la tecnología al aprendizaje, hay un escollo mayor: la conectividad.
“A nivel del Estado, hace falta ser más agresivo en términos de cómo ofrecemos internet al pueblo, el internet de banda ancha, que es lo que se necesita. Cuando uno mira las estadísticas, las más recientes, señalan que sólo el 45% de la población está conectada a internet. Y yo creo que es una responsabilidad del gobierno, que en algunos países se ve como un derecho,” explica el blogfesor. Y tiene razón, pues la conectividad al internet es el eslabón clave de los procesos de alfabetización digital.
“Tú tienes a un grupo significativo de personas que no están conectadas a internet. Por ejemplo, en Estados Unidos, del 82% al 85% de la población está conectada, casi el doble de Puerto Rico… Aunque aquí ya hay varias plazas que tienen acceso a internet. Caguas ha sido pionero en esto, le llaman la ciudad digital, y toda la cosa del gobierno electrónico se está dando ahí”, sentenció.
A pesar de lo incipiente de la conectividad en la isla, Mario coincide con que hay información alentadora que vislumbra el aumento en el porcentaje de puertorriqueños conectados en los próximos años. Salvado el obstáculo de la conectividad, reaparece el reto: para qué nos conectamos a internet. Educación es su respuesta. “Tiene que haber un asunto de educación y aprendizaje de cómo se va a usar la internet”.
Y es que desde el 1998, Núñez ha dirigido sus esfuerzos formales para explorar formas efectivas para la integración de la tecnología a los procesos educativos. Fundó en el 2000 el Centro de Enseñanza Complementada por internet en el RUM con el propósito de adiestrar a la facultad en las tecnologías de la internet. Creó, y fue editor de la Revista Hermes, una publicación electrónica dirigida a la enseñanza en línea. Creó en 2003 el Instituto para el Desarrollo de la Enseñanza y el Aprendizaje en Línea (IDEAL), con el propósito de adelantar la educación a distancia en el RUM y capacitar a los profesores en la integración de la tecnología. Además, desarrolló una certificación en educación a distancia y tecnologías de aprendizaje que se ofrece todos los semestres totalmente a distancia y de la cual ya se han graduado más de 70 maestros y profesores. Allí aprenden sobre creación de wikis, de blogs o uso de las redes sociales para el aprendizaje. Alrededor de siete publicaciones y unas cuatro investigaciones redondean el currículo del blogfesor.
“En mi caso, yo llevo 23 años enseñando, y estuve 13 años enseñando sin tecnología, así que más de la mitad del tiempo que llevo enseñando lo he hecho sin tecnología. Yo puedo comparar, mediante el uso de la tecnología, qué ventajas tiene… tan sencillo como que le puedo enviar correos a mis estudiantes, si les tengo que enviar algo, no tengo que esperar que venga el día de clase para hacerlo. Algo como un prontuario, lo puedo publicar en línea para que ellos lo vean antes de venir a clase, o algo como un foro, donde tenemos una discusión sobre algún tema. La clase presencial es limitada en términos de tiempo, así que si yo puedo poner una premisa allí y generar una conversación… por qué no. O por ejemplo, lecturas, antes había que llevar las fotocopias, llevarlas a la biblioteca, el estudiante ir a la biblioteca. Todo ese tiempo se ahorra, porque se ponen las lecturas en línea. Economizo tiempo que puedo usar para otras cosas. Me hace la vida más fácil. Hay un asunto que yo creo que la gente no ha visto, que es que después que dominas la tecnología, la vida se te hace más fácil”, insistió.
Cuando habla de la gente, realmente Núñez se refiere a sus pares. “El desarrollo de las universidades privadas ha sido muy interesante y han aprovechado para la creación de cursos a distancia, porque saben que el estudiante de hoy en día es un estudiante que trabaja, y ese estudiante que trabaja y estudia a la vez necesita flexibilidad y esa flexibilidad tú se la puedes proveer si empiezas a ofrecer cursos a distancia. La universidad pública es otra cosa. En un momento, la Universidad de Puerto Rico se traumatizó con la educación a distancia. Hace como 12 años, aquí, como parte de las iniciativas del gobierno, se creó una universidad virtual dentro de la Universidad de Puerto Rico, e invirtieron una suma de dinero, y fue un fracaso. Eso funcionó como uno o dos años y terminó siendo realmente un fracaso. Y esa experiencia de fracaso no ha ayudado a que la Universidad de Puerto Rico considere la educación a distancia seriamente como una alternativa”.
Mario, con su vocación de sicólogo y maestro, trata de entender las cosas. Algunas tienen explicación, otras no.
“La universidad piensa, y esto es parte de la ideología de los administradores, que la educación a distancia es educación de segunda clase. Y las personas que hemos trabajado en tratar de desarrollar cursos a distancia en la universidad pues nos hemos visto con ese muro. Y es un muro que está protegido por profesores y por administradores que piensan que el desarrollo de la educación a distancia no es conveniente para la universidad, que va a redundar en una calidad de educación más baja, que los profesores se van a ir de la universidad, que no van a dar clase, que pueden ser sustituidos por máquinas. Es una visión interesante, que se tenía de la educación a distancia cuando se inició, pero que hoy en día sabemos que las cosas no son así, que la mayor parte de las universidades que han integrado la educación a distancia básicamente lo han movido como un modelo híbrido. Ofrecen cursos presenciales, cursos a distancia, pero también cursos híbridos, donde nos reunimos con los estudiantes unos días y otros días la educación se da en línea. Ese modelo híbrido es a donde yo veo que nuestra universidad podría moverse muy bien y desarrollarse, ampliar sus ofrecimientos, aumentar el número de estudiantes. Fíjate que ahora mismo la Universidad de Puerto Rico no puede aumentar el número de estudiantes que atiende, ahora lo que están haciendo es reducir la matrícula, todo porque alegadamente no hay recursos. Pero si tú tienes y desarrollas la educación a distancia, tú puedes atender un mayor número de estudiantes con menos recursos”.
Palabras necias, oídos sordos, dirán algunos. Núñez insiste en que, “En los discursos de los administradores, esto ni se menciona. Y yo creo que hay miedo detrás de eso. No tenemos una masa de profesores que integra la tecnología en el salón de clase. Tenemos, yo diría, un 20% que integra y está preparado para la integración, un 30% que pueden y quieren pero no se atreven o no le ha llegado el tiempo, y un 50% de profesores que no quieren hacerlo porque piensan que es trabajo adicional, o lo ven como que ‘si el método mío es bueno, yo no tengo la necesidad de integrar nada’. El asunto es cómo uno cambia eso.”
Pero él mismo tiene la respuesta. “Hace falta una cultura que valore la tecnología. Y una administración más clara, que dé unas guías específicas de lo que quiere de sus profesores. Reclutamos buenos académicos, buenos investigadores, pero no reclutamos profesores que integren las tecnologías, que estén comprometidos con la educación. Necesitamos gente comprometida en el proceso de enseñanza. En los estudiantes es que yo tengo mucha esperanza.”
Mario reafirma su visión, esa que ha respaldado con acciones en los pasados años. “El cambio es básicamente individual, porque uno no puede esperar que las instituciones cambien, sino que uno tiene que moverlas”.