Muere el pionero de la radio y la televisión mayagüezana: el filántropo Alfredo Ramírez de Arellano Bártoli
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- por mayaguezsabeamango.com
Mayagüez está de luto por la muerte, a los 96 años, de uno de los empresarios y filántropos más sobresalientes de la ciudad: Don Alfredo Ramírez de Arellano Bártoli fundador de la primera estación de radio y televisión fuera del área metropolitana de San Juan.
“Mi papá fue un hombre polifacético. Se inició en la industria de la caña de azúcar, pero creció en las comunicaciones. Fue filántropo y tenía un espíritu empresarial inmenso”, dijo su hija Josefina Ramírez de Arellano.
“Yo le tengo un gran respeto. Fue un visionario. En el 1955, a pesar de que era un hombre vinculado a la agricultura, se dio cuenta de la importancia de las telecomunicaciones y dotó a Mayagüez de la primera estación de radio y la primera estación de televisión”, dijo a mayaguezsabeamango.com la historiadora y gestora cultural Silvia Aguiló.
En 1947, Ramírez de Arellano fundó la emisora WORA AM en Mayagüez, y ocho años más tarde estableció WORA TV, la primera estación de televisión que existió fuera del área metropolitana de San Juan.
Luego en 1956, Ramírez de Arellano fundó la primera estación radial de frecuencia modulada en el oeste, WORA FM, y luego extendió la cadena a Ponce y San Juan con las estaciones WPRP y WQBS, respectivamente. Fue así que nació Estereotempo. Hizo lo propio con las emisoras AM, y fundó estaciones en Ponce y San Juan a fines de la década del 1950, que llegaron a conocerse como La Gran Cadena.
Fue presidente de la Western Sugar Refining Company de Mayagüez, y más tarde fundó el Banco Comercial de Mayagüez cuya junta presidió hasta el 1977.
Nacido en San Germán en febrero de 1915, Don Alfredo obtuvo un bachillerato en Ingeniería Química del Colegio de Agricultura y Artes Mecánicas en Mayagüez. Fue gobernador del Distrito de Puerto Rico e Islas Vírgenes del Club Rotarios y fundó los clubes de Añasco, Mayagüez Playa y St. Thomas.
Empeñado en la producción de alimentos seguros y nutritivos, en agosto del 2004, retirado ya de sus funciones profesionales, hizo a nombre de la fundación Ramírez de Arellano Rosell, creada en memoria de su padre, un donativo de 900 mil dólares para la creación del Centro de Innovación y Tecnología Agroindustrial (CITAI) adscrito al Colegio de Ciencias Agrícolas de su alma mater, el Colegio de Mayagüez.
El CITAI tendría como finalidad proveer la infraestructura necesaria para el desarrollo científico y tecnológico para la producción de alimentos seguros y nutritivos para Puerto Rico.
Con esa donación, decía su hija Josefina, su padre quería “inspirar a otras empresas e individuos puertorriqueños a contribuir al mundo de la academia”.
“Las instituciones educativas en Puerto Rico merecen ayuda del capital privado local. Merecen más donativos que ningún partido político. Respaldarlas económicamente redunda en beneficios concretos para todos y para futuras generaciones. Con esta filosofía es que, en memoria de Alfredo Ramírez de Arellano Rosell, hombre de la tierra, mi padre Alfredo Ramírez de Arellano Bártoli, lleva a cabo esta donación al Recinto Universitario de Mayagüez”, hemos citado.
Aguiló, quien junto a Don Alfredo trabajó en un comité por la restauración de la Catedral Nuestra Señora de la Candelaria destacó del empresario, su generosidad. “Era un caballero y una persona generosa. Un filántropo en el mejor sentido de la palabra. Daba y no alardeaba por lo que daba. Apoyaba los proyectos y no alardeaba de lo que hacía. Al Ateneo del Caribe nos dio aportaciones personales e hizo aportaciones a las obras de restauración de la Catedral, y por supuesto, fue a través de él que se creó el Museo Ramírez de Arellano en San Germán”.
Aguiló recordó que el más reciente regalo de Don Alfredo a la ciudad de Mayagüez fue la obra Destello de Vida, una escultura de 30 pies de alto creada en acero por el artista mayagüezano de Giovanni Ruiz en conmemoración de los 250 años de fundación de la ciudad de las aguas puras y el 55 aniversario de WORA-TV. La misma fue colocada en el lugar donde comenzó la ingente obra del filántropo.
A Don Alfredo le sobreviven sus hijos Alfred, Gloria y Josefina, nietos y biznietos. El sepelio será el miércoles en Mayagüez, luego de una misa en la Catedral Nuestra Señora de la Candelaria.
Fotografías: RUM y mayaguezsabeamango.com.