Lolita vive en el Teatro Yagüez
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- por Millie Gil
Un día como hoy, 19 de noviembre en el año 1919 nació en Lares, cuna del grito libertario de 1868, Dolores Lebrón Sotomayor, Lolita, la heroína y madre nacional de muchos puertorriqueños.
“Me llamo Dolores porque cuando mi madre se puso de parto, estuvo con dolores unos tres días. Como no paría, la comadrona le recomendó sentarse en un balde de agua tibia, al que le echaron flores y plantas medicinales para acelerar el alumbramiento. Cuando finalmente nací, me llamaron Dolores”, confesó Lebrón a esta redactora.
Aunque su nombre cobró notoriedad luego del ataque al Congreso de los Estados Unidos, el 1 de marzo de 1954, sus luchas de reivindicación de los derechos de los puertorriqueños y la liberación nacional comenzaron muchos años antes.
La también Reina de las Flores de Mayo, conoció al poeta Francisco Matos Paoli, en la fiesta de celebración de su bautizo, a los 14 años. Aunque cultivaron la amistad y el amor por la poesía y la patria, su noviazgo se disolvió por la oposición de la familia de Matos Paoli que la consideraba como una jíbara, no digna de él. Aunque su padre Gonzalo, les prohibió el intercambio de cartas a los enamorados, ellos no obedecieron.
Lolita estudió diseño y confección de modas en San Juan antes de regresar a Lares para atender la tuberculosis de su padre.
Aunque militó en el Partido Liberal desde muy joven, nunca mostró interés particular en la política, hasta el día que la policía mató a un grupo de nacionalistas que marchaban pacíficamente, el domingo de ramos de 1937, en lo que se conoce como la Masacre de Ponce. A partir de entonces, afloró su ideología nacionalista.
Casada y con una hija emigró a Nueva York, como miles de puertorriqueños en busca de mejores condiciones de vida.
Sabiendo poco inglés confrontó dificultades para conseguir empleos. Luego sería despedida por los patronos que la consideraban una rebelde que les creaba problemas en los centros de trabajo, por reclamar los derechos de los puertorriqueños que eran discriminados en los talleres.
Ese afán de lucha en favor de sus compatriotas y las condiciones casi infrahumanas en que vivían los boricuas en Nueva York la llevó a relacionarse con los miembros de Movimiento de Liberación de Puerto Rico. Fue en 1946 cuando se convirtió en miembro del Partido Nacionalista Puertorriqueño. Su admiración y respeto por el discurso político del presidente de la colectividad, Pedro Albizu Campos catapultó lo que sería su lucha y su mayor sacrificio.
Lolita nunca conoció a Albizu Campos, pero a través de su intermediaria Ruth Raynolds se convirtió, en dirigente de una de las más emblemáticas gestas libertarias de nuestra historia.
Su trabajo en favor de las mujeres, los niños y el socialismo le valió reconocimiento en las filas del Partido Nacionalista de Nueva York, del que fue secretaria, vicepresidenta y delegada ejecutiva.
Tras la muerte de su compatriota, Grilesio Torresola y la encarcelación de Oscar Collazo, por un atentado contra el presidente Harry S. Truman, en 1950, Lolita se incorporó a las luchas para exigir el perdón presidencial de Collazo quien había sido sentenciado de muerte. Los levantamientos de Jayuya y Utuado, en 1952 consolidaron su lucha y compromiso.
Los nacionalistas argumentaban que el atentado contra Truman, buscaba llamar la atención del mundo sobre la situación colonial de Puerto Rico, mientras que el gobierno de Estados Unidos reclamaba que había sido un intento de asesinato.
Dos años después de que Puerto Rico estrenara constitución propia, en 1952 y pasara a Estado Libre Asociado, Lolita recibió una carta en la que Albizu Campos le comunicaba su intención de atacar “tres de las más estrategias instalaciones del enemigo”, refiriéndose al gobierno estadounidense.
El 1 de marzo de 1954, Lolita, Rafael Cancel Miranda, Irving Flores y Andrés Figueroa Cordero llegaron a Washington, D.C. con pasaje de ida, a ofrendar sus vidas por la patria.
Ella asumió la dirección del ataque, aunque Albizu Campos nunca se lo ordenó. Solo hubo un ataque al Congreso, pues no había soldados para cumplir la encomienda de Albizu Campos de atacar tres instalaciones simultáneamente.
Se escogió esa fecha, pues coincidía con la inauguración de la Conferencia Interamericana de Caracas. Lolita intentaba llamar la atención de las naciones latinoamericanas que participarían de la misma.
Cuando uno de los nacionalistas sugirió que se pospusiera el ataque, por las condiciones del tiempo, Lolita se adelantó a subir las escalinatas y sentenció que ella lo haría sola. El resto del grupo la siguió. Cuando llegaron a la galería de visitantes de la Cámara de Representantes federal, según Lolita, rezaron el padre nuestro. Luego, ella sacó la bandera monoestrellada y al grito de “Viva Puerto Rico libre” inició la balacera. Lolita disparó al aire. Cancel Miranda hizo unos 30 disparos contra los representantes hiriendo a por lo menos cinco de ellos, incluyendo a Alvin Bentley de Michigan, herido de gravedad. Figueroa Cordero no pudo disparar, luego que su pistola se atascara.
Cuando arrestaron a los nacionalistas, Lolita gritó: “Yo no vine a matar a nadie, yo vine a morir por Puerto Rico”. Luego sentenció, “Yo no me arrepiento de nada”.
Lebrón, Cancel Miranda, Irving Flores y Figueroa Cordero fueron acusados de intento de asesinato, entre otros cargos. Ella fue encarcelada en la Prisión Correccional de Mujeres en Alderson, Virginia. El juicio comenzó en junio del 1954. Un jurado compuesto por siete hombres y cinco mujeres los juzgó.
Lebrón y el resto de los nacionalistas reclamaron que ellos habían “ido a morir por la libertad de su patria”. Más de una vez se quejó en sala del desprecio con el que los fiscales manejaban la bandera puertorriqueña como pieza de evidencia.
Alzo su voz en sala cuando el fiscal sugirió que los boricuas estaban mentalmente inestables al momento de los hechos. El 16 de junio el jurado les declaró culpables de tratar de derrocar el gobierno de los Estados Unidos. Mas tarde los encontraron culpables de conspiración, lo que aumentó la pena. La pena de muerte no prosperó, en cambio fueron sentenciados a cadena perpetua.
Lolita nunca aceptó las ofertas del gobierno estadounidense de pedir disculpas por los hechos a cambio de una rebaja en la condena o libertad condicionada. Cumplió 26 años en prisión donde fue sometida a todo tipo de vejámenes.
El mayor de ellos, haberse enterado de la muerte de su hijo de 11 años, mientras era transportada a una comparecencia en el tribunal.
“Fue tanto el esfuerzo que hice para no llorar frente a los alguaciles que me dijeron que mi hijo había muerto, cuando me llevaban hacia el tribunal, por no mostrar debilidad, que se me secaron las lágrimas”, dijo Lolita cuando se cumplieron 50 años del ataque al Congreso.
Un dolor similar sintió en el año 1977 cuando se enteró de la muerte de su hija en un confuso accidente de auto.
En 1979, a pesar de la oposición del entonces gobernador Carlos Romero Barceló, el presidente Jimmy Carter confirió a los nacionalistas el perdón presidencial. Figueroa Cordero había sido excarcelado previamente a causa de una enfermedad terminal.
A su llegada a Puerto Rico, Lebrón fue recibida como una heroína.
Como casi todos los nacionalistas puertorriqueños, Lolita era profundamente católica. Su mayor transformación, según dijo, se produjo la misma noche de su arresto. Muchos la llamaron loca por el tipo de experiencia que tuvo mientras estuvo en prisión. Con los años consiguió construir un altar a la Virgen María de la cual era devota.
Aunque no dejó nunca de luchar por la liberación nacional, su convicción religiosa le llevó a predicar la lucha pacífica. Lolita volvió a prisión en el año 2001, luego de ser arrestada en terrenos ocupados por la marina de los Estados Unidos en Vieques. Fue sentenciada y cumplió una de las sentencias más largas de todos los que fueron arrestados por traspasar los terrenos ocupados por la marina, 60 días.
Sobrevivió un cáncer de seno en 2003, pero nunca se repuso de una condición cardiorrespiratoria que se complicó luego de dos fuegos en su residencia. El 1 de agosto de 2010 murió por complicaciones de la condición que la obligó a estar hospitalizada en múltiples ocasiones. Faltando un mes para su primer aniversario, murió su esposo, el Dr. Sergio Irizarry.
Lolita publicó tres libros de poesía y recibió la condecoración José Vasconcelos de México por su poesía cósmica.
El domingo 20 de noviembre de 2011, los cantantes: Danny Rivera, la Orquesta Nacional Criolla, Mapeyé, el guitarrista, José Antonio López, Los Panderos de Salinas, Chabela, Kacho Montalvo, Teófilo Torres, Luís Enrique Romero, Luís Oliva, Moncho Conde, Paulette Beauchamp, Dennis Mario Rivera, entre otros invitados, celebran la vida de Lolita Lebrón en el concierto, Lolita Vive, en el Teatro Yagüez de Mayagüez. El concierto comienza a las 4 de la tarde. La entrada es gratis.