Presentan propuestas sobre la mitigación del cambio climático en la isla
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- por Alba Gómez Escudero
Si hoy en Puerto Rico ocurriera un desastre natural desaparecerían comunidades completas. Unas 250,000 personas viven en zonas inundables y nos empeñamos en construir en las costas. “Como no hemos tenido impacto de huracanes fuertes en los últimos años, nos creemos que podemos construir en áreas en las que en el pasado no se construía por sentido común, porque son zonas peligrosas e inundables”, advirtió Ruperto Chaparro, presidente de Sea Grant en el marco de la conferencia Mitigación del cambio climático celebrada por el Segundo Congreso Iberoamericano de Municipios Verdes.
Además, no pensamos en nosotros como un archipiélago y el impacto del cambio climático sobre las costas ocurre sobre todo nuestro conjunto de islas. Y es que uno de los problemas más terribles que enfrenta Puerto Rico debido al calentamiento global es la pérdida de las playas y el desgaste del fondo marino. Geológica y oceanográficamente el archipiélago es muy vulnerable porque tenemos una pared muy pequeña y al frente una plataforma oceanográfica que es uno de los lugares del mundo donde el mar es más profundo; es como vivir en el tope de una montaña con muy poca protección en caso de tsunamis e inundaciones.
Sin haber llegado el desastre, se han perdido ya muchos recursos naturales marítimos como efecto inmediato de la mala gestión humana, como por ejemplo las praderas de yerbas marinas, muy importantes en cuanto a biodiversidad, ya que en ese hábitat se crían muchas de las especies de peces que luego cuando crecen pueblan los arrecifes de coral.
“El valor de la costa ha aumentado tanto que los desarrolladores se les ha dado permiso hasta para sacar y acabar con estas praderas y ya se han destruido el 75% de los manglares; y luego la gente se pregunta porque no hay pesca”, denunció.
Insistimos en construir en un sistema geológico tan dinámico como son las playas. Nuestro país es un país vulnerable sobretodo por las malas decisiones y no solo por cambio climático. “En Puerto Rico se ha perdido el aprecio a nuestras playas. Los recursos son bien valiosos, nuestro turismo depende de la calidad de las playas y a nosotros no nos importa. La Constitución dice que la playa es bien de dominio público y muchas playas están privatizadas”, apuntó el experto.
No solo el litoral se ha privatizado, hasta dunas de arenal como las que había en Isabela, fueron vendidas o privatizadas a pesar de ser públicas. La pérdida de arena de las playas es otro factor de pérdida patrimonial y económica nuestras playas consideradas paradisíacas por el resto del mundo. Las hemos lapidado de edificios, muros, erosionado con construcciones imposibles a pie de ola. Y el turismo depende de las playas.
Por eso, instó Chaparro: “La batalla contra erosión es una batalla perdida. Hay que preguntarse qué queremos: playa o edificios”. Los especialistas recomiendan retirarse.
La pregunta es, después de que el daño está hecho, cuánto se puede reparar. ¿Se puede repoblar de arena las playas sin impactar en el fondo marino, se pueden restaurar artificialmente las dunas o replantar nuestros corales sin alterar ecosistemas enteros? Solo el tiempo lo dirá.
Panorama bajo agua
¿Qué pasaría si ocho puertos, ocho aeropuertos, siete complejos eléctricos, 1080 millas de infraestructura sanitaria, 14 plantas de tratamiento de aguas usadas, 81 parques industriales y 114 millas de carreteras primarias desaparecieran bajo el agua? No es una película de terror. Estamos hablando de infraestructura real que en Puerto Rico está situada a 1 km. o menos de la costa. Este peligro que corren nuestras infraestructuras es uno de los aspectos en los que se enfocan hoy los estudios medioambientales y sobre las consecuencias del cambio climático sobre nuestro país, afirmó durante el congreso Ernesto Díaz, Director del Programa de Zonas Costaneras del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA).
El cambio climático, confirmó también Díaz, es innegable y ya hace tiempo ha sido detectado por oceanógrafos, climatólogos, científicos forestales, biólogos marinos, pero también por la ciudadanía, los pescadores y los agricultores. Informes del clima concluyen que el clima está cambiando y las infraestructuras, vida silvestre y ecosistemas son tremendamente vulnerables.
En 2010 se creó el Consejo de Cambio Climático de Puerto Rico se constituyó en el 2010 para evaluar al vulnerabilidad socio ecológica de la isla. Cuenta con la colaboración de 150 expertos que trabajan voluntariamente desde varias disciplinas: geofísica y química, ecología y biodiversidad, sociedad y economía y comunicaciones y medios.
En Puerto Rico la preocupación por el cambio climático se empezó a manifestar en 1996 en un encuentro celebrado justo antes de la Cumbre de Kyoto, cuando se hizo un inventario de gases invernadero que afectaban la Isla. Tiempo después, la Universidad de Puerto Rico y Sea Grant desarrollaron un foro sobre las consecuencias del cambio climático. En 2009, el climatólogo Rafael Méndez Tejeda convocó una cumbre sobre el tema. Eran esfuerzos intermitentes pero insuficientes para un problema tan grave, comentó Díaz.
Actualmente, el DRNA plantea un proyecto de adaptación a los cambios climáticos y se han aprobado estrategias para desarrollar estudios de vulnerabilidad y adaptación a nivel isla.
Cada municipio tiene preparados planes de mitigación porque así lo requiere la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés). Para abordar los riesgos de inundaciones en los municipios, los planificadores usan mapas de FEMA y además utilizan el análisis de mapas de riesgo costero que preparan investigadores del Recinto Universitario de Mayagüez. Las inundaciones son, por mucho, el riesgo más severo en Puerto Rico. Esta es una tendencia global pero es un asunto difícil de manejar por lo impredecible de cuando y dónde ocurrirán las inundaciones. Y es que la temperatura del mar ha aumentado dando lugar a lluvias torrenciales. Esto afecta a los corales y el alga que los puebla. Si el calentamiento se prolonga mucho, los corales se mueren. La acidez del PH continúa disminuyendo y eso disminuye la calcificación del coral y de las conchas.
El funcionario de Recursos Naturales hizo una serie de recomendaciones puntuales a los municipios.
La primera: desarrollar modelos geofísicos para determinar riesgos de inundación a nivel local. La segunda: desarrollar modelos económicos para evaluar riesgos, potencial de pérdidas, costos de protección adaptación o reemplazo que permitan establecer prioridades de inversión. En tercer lugar: promover la participación de los gremios y asociaciones de profesionales, facultades de ciencia, planificación, arquitectura, ingeniería, diseño y agronomía. Y por último: integrar a las comunidades locales en los procesos de planificación.
Clima extremo
Está demostrado que el calor se está sintiendo mas fuerte en nuestra vida diaria. Todos lo notamos. Cada vez hay menos diferencias entre las estaciones. Sin embargo todavía hay sectores de poder y económicos que todavía lo niegan. El climatólogo Rafael Méndez Tejeda es contundente en su respuesta: “el mismo grupo que dice que no hay cambio climático dijo que había que invadir a Iraq por sospecha de armas químicas”. Vamos a suponer que no existe el cambio climático. Pero igual vamos a tomar medidas como si lo hubiera: usar energía renovable, usar menos agua tenemos y llevar acabo un consumo responsable. ¿Qué puede pasar? Nada malo. Solo por prevención habría que hacerlo.
Política pública desde el gobierno central
La Secretaria del Departamento de Recursos Naturales, la planificadora ambiental Carmen Guerrero habló de mitigación y adaptación al cambio climático, y enfatizó en la importancia de la integralidad de las acciones que se tomen a todos los niveles, desde el ciudadano, pasando por el de los gobiernos locales, hasta llegar a la esfera gubernamental y federal.
“Además de la eficiencia energética y la promoción de fuentes de energía renovable, también tenemos que trabajar de forma estratégica con la planificación urbana, la transportación, la economía, la educación, en fin, la promoción de la sostenibilidad de las acciones locales, municipales, federales”, dijo.
El Bosque Seco de Guánica de repente está más verde debido a las lluvias, mientras un metro de costa por año se pierde en Rincón, fueron dos de los ejemplos que ofreció Guerrero para ilustrar el cambio climático a nivel local.
El gobernador Alejandro García Padilla firmó varias órdenes ejecutivas, que a juicio de Guerrero, comienzan a atender el cambio climático, como por ejemplo, la que ordena a todas las agencias realizar un Plan de adaptación al cambio climático en 18 meses. Igualmente, la realización del Plan de Uso de Terrenos, que varias administraciones de gobierno han evadido realizar, estará para febrero de 2014, aseguró.
El bosque modelo que origina en Adjuntas, es un concepto que no requiere la compra de terrenos para la conservación, sino la integración de la ciudadanía para conservar áreas determinadas y ha sido impulsado por la administración de turno. “Los dueños de terrenos pueden ser parte de los esfuerzos de conservación”, apuntó, para luego señalar que organizaciones comunitarias del país, como Casa Pueblo lo ha hecho en Adjuntas, pueden asumir este liderato.
Los huertos comunitarios, escolares, caseros, así como atener el problema de la seguridad alimentaria, son parte de las gestiones que son necesarias para atender el cambio climático desde una perspectiva integral y la administración de turno trabaja para que más terrenos sean cultivados, enfatizó Guerrero.
“En este momento, la ciencia no deja ninguna acción para la inacción”, citó la Secretaria del informe más reciente del Panel Intergubernamental de Cambio Climático al terminar su intervención en el Congreso.