Legisladores del Oeste comprometen fondos para el Batey del Delfín
El Batey del Delfín del Yagüez, uno de cuatro yacimientos indígenas identificados en Mayagüez podría comenzar a recibir público en noviembre de este año, si se materializa el compromiso de los senadores Antonio Fas Alzamora y Maritere González, de identificar los $2 millones que se necesitan para culminar el proyecto cuya restauración ha costeado el municipio de Mayagüez.
“Aquí se ha hecho una gran inversión, no solamente adquirimos la finca donde está este yacimiento sino dos fincas adicionales. Tenemos como 80 cuerdas muy bonitas. Y hay una en que posiblemente haya otro batey”, destacó el alcalde José Guillermo Rodríguez al explicar el “ambicioso plan” que su administración ha elaborado para el lugar, durante la vista ocular realizada por las Comisiones de Turismo, Cultura, Recreación y Deportes y Globalización y la Comisión de Educación del Senado de Puerto Rico.
El Batey del Delfín del Yagüez
El Batey del Delfín del Yagüez se encuentra localizado a unos 6.5 kilómetros al este de la bahía de Mayagüez, en el barrio El Quemado. El lugar es una terraza de origen aluvial de aproximadamente unas cinco cuerdas ubicadas en la parte alta del cauce medio del Río Yagüez.
Por sus dimensiones. El Batey del Delfín se puede considerar como el cuarto de mayor tamaño de los bateyes localizados en Puerto Rico, sólo superado en tamaño por los bateyes de Sabana en Orocovis (4,900); Palo Hincado A, en Barranquitas (3,850) y Caguana A (Plaza Principal), en Utuado (1.750).
No es sólo el cuarto en tamaño sino que su iconografía lo sitúa como uno de los más importantes hallazgos de todo el Caribe y el primero de iconografía marina.
Vista ocular
Durante el recorrido de casi dos horas, los presidentes de las Comisiones de Turismo, Cultura, Recreación y Deportes y Globalización, y la Comisión de Educación del Senado, Fas Alzamora y González respectivamente se comprometieron a buscar los recursos que sean necesarios para que pueda inaugurarse el lugar ahora que Mayagüez ha sido designada como Capital Americana de la Cultura 2015.
“Por eso quisimos celebrar esta vista ocular para ver cuáles son las necesidades y si no pudiera, por falta de tiempo y recursos poder completar lo que se aspira en su totalidad, por lo menos coger algunas de las etapas principales para poder utilizar esta instalación como una emblemática de esa celebración tan importante como parte de la designación de Mayagüez como Capital Americana de la Cultura”, dijo Fas Alzamora.
El legislador anticipó que no puede comprometerse a conseguir los $2 millones de dólares que según el alcalde se necesita para finiquitar el proyecto, sin embargo, aseguró que trabajará en identificar algunos recursos. “Yo no puedo hacer un compromiso por las circunstancias económicas, pero yo sí puedo identificar unos fondos y podríamos dar una gran sorpresa, pero las sorpresas no se anticipan”, advirtió.
González, por su parte anticipó que de los pocos recursos que se le han asignado separará una parte para el proyecto.
“Nosotros tenemos una pequeña asignación y tengo el compromiso con los 12 alcaldes (de los pueblos que representa) pero en esta etapa hay que correrse la milla extra por Mayagüez y así lo vamos a estar haciendo”, dijo González quien destacó las bondades del lugar.
“Me encanta haber venido acompañando al presidente de la Comisión de Cultura y aceptar la invitación del alcalde para inspeccionar un lugar donde se siente la paz y la energía y todas las bondades que puede dar Mayagüez. Esto es punta de lanza para desarrollarnos y van a contar con todo el apoyo de nosotros para ayudar al alcalde a que siga emprendiendo en distintas fases un proyecto de tanta relevancia”, recalcó.
Proceso lento
Diez años ha tomado la restauración del batey y la construcción de una moderna estructura que servirá como centro de recepción para el inicio del recorrido del batey. En el mismo se desarrollará una galería de arte, con obras, del pintor Rafael Tufiño y también servirá de sala de exposición de los petroglifos originales y de centro de información histórica, entre otros usos.
En los terrenos del batey ya se han construido diferentes modelos de vivienda típica de los campos de Puerto Rico, para mostrar la manera en que vivieron nuestros antepasados.
Pero el proyecto incluye, según el alcalde, una hospedería de unas 60 habitaciones que permitiría aumentar el número de habitaciones para hospedar a los visitantes.
Rodríguez, quien dijo estar “verdaderamente bien entusiasmado con este proyecto”, reconoció que el mismo “ha sido lento en su desarrollo” entre otras cosas, por la infinidad de estudios científicos que se han hecho para validar el valor arqueológico y patrimonial del asentamiento taíno. “Incluso la recreación de este bosque se hizo mediante investigaciones para determinar la flora que existía en la zona y otras leyendas de lo que pasó aquí”, admitió.
Los $2 millones que requiere el alcalde para finalizar las obras incluye “desarrollar un mercadeo del lugar, porque lo que queremos es utilizarlo como un atractivo turístico para nuestra zona y eso pues con el apoyo que podamos tener aunque reconocemos la situación económica que vive el país. Pero yo recuerdo en la campaña del gobernador actual decir que no es que no hay presupuesto, sino que es que está mal distribuido. Los recursos están mal distribuidos. Los que conocen dicen que un 95% se distribuye en una zona de Puerto Rico y no se reparte para Mayagüez”, reiteró el ejecutivo municipal.
Por su parte, el profesor Rafael David Valentín destacó la importancia del asentamiento taíno que en algunos casos, dijo, “se trata de esculturas intencionalmente talladas”, como el delfín de donde deriva su nombre. Una piedra de metro y medio que esta partida, y que según los arqueólogos fue producto de una terremoto que ocurrió en el siglo XVII.
“Pensamos en un terremoto, porque hay una falla geológica que cruza el batey. Cuando llueve el agua baja más rápido en ese sitio que en los demás. Además en la excavación encontramos buches de arena por lo tanto esa teoría ha sido corroborada”, dijo Valentín, quien ha estado al frente del proyecto de investigación y restauración.
Recordó que en el lugar se ha desarrollado algo que no existía. “Se habían destruido las laderas para hacer unas charcas de camarones. Removimos miles de toneladas de tierra. Lo que ven ahora no fue lo que encontramos”.
Allí se ha creado un bosque de 1,400 árboles nativos, 500 palmas reales nativas. “Un bosque hecho, pero que tiene un valor extraordinario y en el aspecto botánico porque el guía tendrá la oportunidad de orientar a los estudiantes sobre el valor que tienen esos árboles para los puertorriqueños”. También se han sembrado cerca de 700 árboles de café.
El batey tiene 34 metros de ancho por 38 de largo.
El hallazgo
Según cuenta Valentín, lo primero que se encuentra al descubrir el batey en 1995 fue que allí existían cuatro charcas de camarones. El dueño de la finca, Víctor Quiles, estaba limpiando el sedimento de las charcas, cuando chocó con una piedra. Al buscar la piedra esta tenía una figura antropomorfa. “A él le dio curiosidad. Fueron a la oficina del alcalde, fueron al Instituto de Cultura Puertorriqueña y de allí se desarrolló una dinámica, apoyada por el alcalde José Guillermo Rodríguez, y comenzó el apoyo del ICP”.
Otros yacimientos
De hecho, la administración municipal ha estado haciendo gestiones para rescatar piezas de otros yacimientos importantes. Entre ellos, el yacimiento de Urayoán en el Cerro de Las Mesas, el de Yagüecas, el yacimiento Machuca, que está en el área de Jardines del Caribe, y que se cree pudo haber sido el primer contacto de los colonizadores con los taínos en nuestro país.
“Todos esos yacimientos tienen un vínculo con este yacimiento. Muchos de esos yacimientos fueron saqueados y hemos identificado donde están algunos de esos artículos, que como no había protección muchos se vendieron y otras familias los tienen. Queremos rescatar esos artículos y traerlos aquí porque eso es patrimonio de la ciudad de Mayagüez. Algunos están en Arecibo y hemos identificado donde están y eso tiene un valor y tiene un costo”, aclaró.
De los elementos registrados en este batey los arqueólogos han resaltado la impresionante muestra de arte rupestre que exhibe. Quince de las piedras en los muros de este batey tienen algún tipo de representación iconográfica. De interés especial son la extraordinaria asociación de seis figuras marinas, cuatro en el muro este y otras dos en el muro oeste. Sobresale la presencia de dos sorprendentes esculturas que representan dos cetáceos, la de un delfín y la de una ballena cachalote, elementos incluidos por primera vez en el registro arqueológico del Caribe.
El arqueólogo de la División de Arqueología del ICP, Juan Rivera Fontán, quien ha estado al frente de la investigación desde hace 15 años, recuerda que en el primer reconocimiento se verificó que la alineación de piedras descubiertas en la finca del Barrio El Quemado "formaba parte de una primitiva construcción indígena asociada a las áreas de bateyes o a los llamados centros ceremoniales de los indios antillanos".