Nube, una taína del siglo XXI
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- por Millie Gil
Sonia Vigo, responde igual si se le llama por su nombre de pila que por su nombre taíno: Nube, el que adoptó por recomendación de un estudiante a quien le llamó la atención que durante una charla sobre asuntos indígenas la mujer les ilustrara con ternura la devoción por sus ancestros taínos.
Nube ganó este año el Areito Award que confiere la Confederación de Taínos de Estados Unidos. El premio como música del año le fue otorgado en la sexta ceremonia anual de los Taíno Award en abril de este año en Nueva York.
Según cuenta, para terminar el disco por el que ha sido premiada hizo muchos sacrificios, al final ha salido un producto que combina lo que habría sido la música taína con influencia de música urbana. “Hice 30 mil sacrificios, vendí cosas, pedí prestado y terminando el disco llaman para decir que había ganado un premio internacional”.
“Es una fusión. Tenemos que llegar a ellos de todas las formas. Desde el niño, joven, adolescente hasta el anciano todos deben entender lo que se les está diciendo. Y si en su fibra existe algo taíno eso los va a despertar”, dijo a mayaguezsabeamango.com.
Recordó que la idea de grabar un disco se le ocurrió durante la celebración de una noche internacional donde, aunque había niños representando a los taínos, a los negros y a los españoles, de los taínos no tenían su música.
“En la grabación, Nube, usamos los mismos instrumentos taínos: mayoguacán, maracas, sonajeros, güiro, tambor, eucarina, y el sonajero de algarrobo. Con eso también lo hicimos”, señaló.
¿Cómo sabes que esa es la música taína si no hay un registro histórico de ello?
“Yo soy una taína que está ahora. Antes de mí vinieron muchos y ellos han cumplido con pasarnos el conocimiento a través de la historia oral. En el disco hay una fusión. Es nuestra música. Hay canciones que te lo digo en arahuaco y en español”, dice.
Para la galardonada producción aprendió el lenguaje taíno asistida de un diccionario de palabras taínas que le regaló el fundador del Instituto de Cultura Puertorriqueña, Don Ricardo Alegría.
Vigo también ha ganado premios como alfarera y ceramista en competencias nacionales. En su trabajo destaca la técnica ancestral de quemar el barro a fuego abierto.
ADN taíno
Nube lamenta que muchos taínos hayan tenido que emigrar a los Estados Unidos en busca de que se les reconozca su etnia y se respeten sus aportaciones. “Tenemos un cacique que nos rige a nosotros, Múcaro Borrero, que está en el Congreso de los Estados Unidos defendiendo, junto a otros grupos indígenas, los derechos de los taínos en Puerto Rico. Es la única manera de hacerlo. Si el no pelea por nuestros derechos allá pues aquí no nos lo van a dar”.
“Allá ya le han dado parte de esos derechos a los indígenas. Yo tengo ese grupo de leyes, pero aquí para acceder a ese grupo de leyes, tendría que aceptarse que verdaderamente existimos. Aquí no quieren aceptarlo. Como se escribió el libro de los españoles que dice que se extinguió la raza taína, pues, ellos se basan en eso cuando ya se ha probado por medio del ADN que el taíno sigue vivo”, señaló.
Se refiere a los resultados de las investigaciones del doctor Juan Carlos Martínez Cruzado, del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) quien estudia desde 1994 el ADN mitocondrial en el que ha descubierto que la actual población de Puerto Rico tiene un alto componente genético taíno que pasa de generación en generación a través de la madre.
El catedrático le ha seguido la pista a los aborígenes puertorriqueños de quienes ha encontrado 19 linajes maternales, nueve de los cuales demuestran suficiente frecuencia y variabilidad interna como para sugerir que se remontan a la época precolombina.
“Hay taínos en Puerto Rico y muchos. Aun no reconociéndolo no hay más que ver las facciones de las personas. Se les nota, en sus pómulos, en su pelo, al caminar hasta ñangotarse como un taíno. Uno los observa, el pelo negro, ancianas con pelo negro y se nota el legado que hemos dejado y como eso es matrilineal, viene de la madre”, acotó.
Su temor es que, aunque se sabe que la colonización española no extinguió la raza, el ignorar su existencia terminará extinguiéndoles para siempre. El cierre de los parques ceremoniales que los grupos taínos utilizan para celebrar sus encuentros culturales ha sido detrimental para ellos.
“Si siguen como van nos están extinguiendo ahora. Caguana está cerrado, está cerrado el Cemí de Jayuya. No hay un solo indio en el Tibes de Ponce. Quedan compitiendo Caguas y Mayagüez”, explicó.
En Mayagüez se han localizado por lo menos tres asentamientos taínos. Bateyes y el Batey del Delfín son dos de los proyectos que la administración municipal ha rescatado y habilitado como centro de atracción turística. Vigo aspira a que se le permita participar de los ritos taínos en esos espacios.
“Soy la única que quedo con mi hijo para levantar este otro grupo. Si no hacemos algo se van a quedar sin indios. De nada vale un parque sin indios. Los indios tenemos derecho a que se nos devuelvan nuestras tierras. Pero no pedimos eso. Aspiramos a que nos den un sitio donde podamos enseñar lo que somos, lo que hacemos, con qué contribuimos a nuestra sociedad”, recalcó.
Museo Guaraguao
Según cuenta Nube a ella lo taíno se le manifestaba en sueños. En ellos, los ancestros le decían como hacer figuras de barro. “Me abrían un libro y me enseñaban como hacer las piezas”.
La alfarera recuerda que cuando daba los toques finales a la figura de una india embarazada que exhibe en su Museo Guaraguao, uno de esos ancestros le dijo en sueños: “Tu terminando la embarazada y el parque verdadero del cacique Urayoán va a aparecer, y así fue. Apareció el parque en el barrio el Quemado, el parque Bateyes”.
“Yo sé que yo vengo de una ascendencia taína porque mi abuela era bohití (curandera) y ella curaba a las personas del barrio”, dijo Vigo quien recordó que su primer acercamiento a la cultura taína se dio a través de un grupo de indios de Maricao.
De eso hace 16 años. Desde entonces, ha participado con grupos de indios de distintas partes del mundo; ha recorrido otros destinos del globo; ha hecho “corridas” por toda la isla y ha ofrendado su bastón sagrado pidiendo piedad por los seres humanos.
“Me inquietaba el hecho de que existían taínos. Aunque sabía lo que hacía mi abuela como curandera, yo sabía que esto venía de otro lado. Cuando averigüé que los taínos le llamaban bohique y bohití a los curanderos, me di a la tarea de averiguar, fui a un espectáculo en Maricao, cuando los vi (al grupo de taínos) me identifiqué con ellos”, insistió.
De los taínos destaca , “Su paciencia, su amor, su cariño, las artes. Cómo se hacían los penachos, la ropa, la alfarería, cómo hacían un parque ceremonial, qué y cómo sembraban, cómo hacer cosas con las higüeras. Hay muchas cosas que no se saben de los taínos. Porque nadie nos ha dado la oportunidad de ensenarlo”.
Su valentía se estudia poco
Nube no tiene duda de que la colonización hizo estragos en el pueblo taíno, pero contrario a la historia oficial su pueblo combatió al enemigo dignamente. Muestra de ello fue la gesta del cacique Sabio, Urayoán el primero en percatarse de las intenciones del invasor.
“Los españoles vinieron a matarnos, a robarnos, a violarnos, a hacer escantes con nuestra isla sin nuestro permiso. Estaban mejor preparados, con perros mucho más grandes que los nuestros, con caballos, con arcabuces y lo que hicieron fue un genocidio. Nos esclavizaron. Esa es la parte que no cuentan. Cuentan que los Caribes armaron una guerra, que los indios eran unos bárbaros. Cuenten la historia como va y cuenten la historia de que todavía quedábamos indios”, denuncia.
El hundimiento de Diego Salcedo
“La verdad es que Urayoán sabía que Salcedo era un abusador, que era un violador, un maltratante. Se lo comía todo, robaba su oro, hacían de todo y Urayoán ya había planeado con Agueybaná que: éste se va a pique y voy a hacerlo yo. Y Agueybaná le dijo: pues bien. Tu arranca por ese lado que tan pronto tu arranques seguimos nosotros”, cuenta.
Aunque a muchos les resulta demasiado folklórico lo taíno lo cierto es que a Nube nunca le han faltado el respeto. “Al contrario, el hambre y la sed por saber es grandísima. De pararme a hablar con ellos tendría que estar un día entero”, dijo de su experiencia como conferenciante.
“Son muchos los que se reconocen como tal. Tan pronto me ven me dicen: mi abuela era taína, mi papá era taíno, mi tatarabuelo era taíno y yo me siento taíno. Pero qué voy a ofrecerle yo a ese taíno para que él sea. Qué le puedo ofrecer, dónde le puedo llevar, qué le puedo enseñar si no tengo un lugar. Necesito despertar un lugar para que todos imperios que eran taínos que han ido muriendo se levanten. Sobre todo el de Mayagüez. Sin la ayuda de Mayagüez no puedo”, afirmó.
En la isla, según Vigo hay entre tres y cuatro grupos de taínos. En Utuado y Jayuya, ya no tienen lugar donde ceremoniar. Aunque algunos grupos han solicitado la administración de los parques ceremoniales, que han cerrado por la crisis fiscal, su gestión no ha tenido éxito.
“Me encantaría que la gente pudiera ir a un parque ceremonial y ver una ceremonia de muchos indios, ver como hacen su yuca, su casabe, como cocinaban, como cazaban en el río con una vara. Ver como lavábamos la ropa contra las piedras y quedaba más blanca que con cloro. Y disfrutar de la alfarería, muchas cosas que podemos ensenar. Pero si solo le vas a enseñar piedras, a las personas no les va a interesar, si no hay un grupo”, remató.
El padre nuestro taíno para Luz Celenia Tirado
A pesar de que su grupo de trabajo taino se ha reducido a tres personas de su entorno familiar, Nube se presentó recientemente en el Teatro Yagüez, para cantar el padre nuestro taíno en la apertura del homenaje de despedida de la trovadora y maestra, Luz Celenia Tirado. Para la ocasión vistió sus mejores galas, penacho de plumas de guaraguao incluido.
“Yo hacía un homenaje a otra taína porque esa señora más corazón no puede tener dentro del pecho. Cuando yo iba para Nueva York a recoger el premio ella vino con un coat, unos guantes y un abrigo. Vez lo que te digo de las señales del taíno. Quien sin tu decirle hace un acto espontaneo de bondad, es un taíno. Era un homenaje a ella y los ancestros me pidieron que para ella lo que le debía cantar era el padre nuestro”.