Mayagüez: 250 años
En el principio fue el agua; más concretamente, las aguas. Era el alba de la mañana primigenia en Borikén, la «Tierra del Altivo Señor», y en el extremo occidental de la Isla, que había emergido, precisamente, del agua de la Mar Océano, se formaba una comarca signada por la presencia fecunda y vital de las aguas de sus diez ríos. Con intuición profética, los taínos de la zona – de una cultura avanzada - fueron nombrando ese entorno, reconociendo la impronta que la Creación le había puesto.